Los dos hombres llamados a manejar el timón de la nave baskonista esta temporada, Jayson Granger y Wade Baldwin, fueron ayer presentados oficialmente como jugadores del Baskonia. Para el primero esta será su segunda etapa como baskonista, ya que militó en el club entre 2017 y 2020 -aunque dos graves lesiones le impidieron rendir a su máximo nivel, que sí alcanzó el curso pasado en el Alba Berlín-, mientras que el segundo llega a Vitoria-Gasteiz tras una excelente campaña en el Bayern de Múnich, en la que fue uno de los mejores anotadores de la Euroliga y se quedó a un paso de alcanzar la Final Four.

Por ello, sorprende que los vitorianos hayan logrado seducir a un jugador de su nivel, según Granger “el mejor base de Europa”. “Ha sido una decisión muy dura. El Baskonia es un club similar al Bayern, un tapado que es capaz de pelear contra los grandes, muy competitivo, físico, duro y al que le gusta correr y anotar en transición, y me identifico totalmente con ese estilo de juego y esa filosofía. Es una decisión que hemos tomado en familia, voy a ser padre este año y para nosotros era importante estar en España”, explicó Baldwin.

El norteamericano no ocultó que su objetivo es demostrar que tiene nivel para jugar en la NBA y poder volver a Estados Unidos, y esa es la razón por la que decidió firmar por una única temporada. “Quiero seguir creciendo y creo que nuestra meta tiene que ser entrar en el play off. Luego empieza una competición diferente y podremos pelear por la Final Four”, dijo el norteamericano, en toda una declaración de intenciones. De momento, se está encontrando cómodo en Vitoria, aunque está sufriendo la exigencia de Dusko: “Los entrenamientos están siendo muy duros, estamos corriendo mucho, pero creo que es una forma de ponernos a prueba para comprobar si hemos trabajado en verano y lograr esa fortaleza mental y física que siempre caracteriza al Baskonia. Me he preguntado mucho cómo sería entrenar con Ivanovic, pero lo mismo me dijeron de Trinchieri y fue bien”.Un nuevo Granger

Jayson Granger, por su parte, se toma esta segunda etapa en el Baskonia como una oportunidad para reivindicarse: “Vengo con la misma ilusión que la primera vez, incluso más. Tengo ganas de quitarme la espina y demostrar que puedo rendir al máximo nivel en Vitoria”. Su regreso a la capital alavesa no solo fue una sorpresa para los aficionados, también lo fue para el propio jugador. “No me lo esperaba. En Berlín encontré un sitio en el que recuperar confianza y ritmo, pero tenía claro que si esa puerta se abría de nuevo iba a volver. Me encuentro más fuerte que nunca, tanto mentalmente como físicamente. Además, he aprendido mucho del maestro Aíto García Reneses”, adelantó el uruguayo, que afirmó no haber vuelto a sentir molestias en su tobillo desde que dejó Vitoria. En esta nueva etapa tendrá además la responsabilidad de ser capitán. “Para mí es un orgullo y una oportunidad para transmitir los valores y lo que representa este club a todos los nuevos”, sentenció.