- Los Milwaukee Bucks resistieron el impresionante asedio de Devin Booker, con 42 puntos, y empataron las Finales de la NBA (2-2) tras anotarse en la madrugada de ayer una victoria durísima y muy sufrida ante los Phoenix Suns (109-103). Los Bucks fueron por detrás durante casi toda la noche y en el último cuarto solo lograron darle la vuelta al marcador cuando quedaban tres minutos. A partir de ahí, la sangre fría de un excelente Khris Middleton y la contundencia de Giannis Antetokounmpo tumbaron a unos Suns que dejaron escapar una victoria a domicilio que habría sido clave en la lucha por el anillo.
Booker venía de una actuación muy débil en el tercer encuentro, pero esta noche se salió con 42 puntos (17 de 28 en tiros) y dio la sensación de ser imparable. Sin embargo, el recital del joven escolta se vio oscurecido por sus problemas con las faltas y acabó eliminado en el cierre del partido. Middleton fue el máximo referente de los Bucks con 40 puntos (15 de 33 en tiros), 6 rebotes y 4 asistencias, mientras que Antetokounmpo, que puso a Deandre Ayton un tapón providencial, rozó el triple-doble con 26 puntos (11 de 19 en tiros), 14 rebotes y 8 asistencias.
Salvo Jae Crowder (15 puntos y 8 rebotes), los Suns no ofrecieron apoyo a Booker y se vieron muy lastrados por sus 17 pérdidas. Además, Chris Paul, que está sufriendo un fiero marcaje de Jrue Holiday, tuvo una velada discreta con 10 puntos (5 de 13 en tiros), 7 asistencias y 4 rebotes. Ningún equipo presumió de inspiración desde el triple: los Bucks lograron un 24 % y los Suns consiguieron un 30 %.
En el último cuarto, la pillería de Crowder para sacar tiros libres de la nada fue lo único que propusieron los Suns mientras Booker estaba en el banquillo. Frente a ellos, los Bucks reforzaron su defensa conscientes de que estaban a solo un paso de unos Suns demasiado contemplativos y que estaban jugando con fuego. Acabaron quemándose: un triple de Pat Connaughton concretó la remontada de los Bucks y llevó a la euforia a la afición local (97-95 con 3.08 en el reloj). Booker regresó para resolver un enorme atasco en ataque de los Suns, pero sin éxito. Las Finales regresan ahora a Phoenix, donde el sábado se jugará el quinto partido en el que los Suns intentarán conservar el factor cancha.