El Top 8 va a estar caro esta temporada. Mucho, además. Buena muestra de ello es que un equipo lanzado y sumergido en un gran estado de confianza como el Baskonia, que ha ganado ocho de los últimos nueve partidos disputados en la Euroliga con el solitario borrón del Palau Blaugrana, puede quedarse aún fuera de esa siguiente fase que da acceso a la tan deseada Final FourNo obstante, si alguien puede salir triunfal de una pelea tan feroz, ese es un conjunto gasteiztarra empeñado en desfigurar rivales a un ritmo de vértigo en los últimos tiempos. El último de ellos fue un Armani sometido por los pesados grilletes azulgranas en una noche de menos a más.

Los pupilos de Dusko Ivanovic demuestran en cada nueva jornada europea que no piensan rendirse, que ese limitadísimo margen de error que les persigue como su propia sombra no pone nervioso a ningún componente de la plantilla y que cada jugador está convencido de poder lograr el objetivo. Es cierto que el archiconocido Carácter Baskoniapero la seriedad de los vitorianos en las últimas semanas pone de manifiesto que ese estado motivacional puede salir en cualquier momento y dar el empujón preciso para remontar cualquier marcador.

Asimismo, que todos estén tan convencidos de sus posibilidades de meterse en el Top 8 hace que destacar solo a uno sea una ardua labor. Sí, Henry fue el máximo anotador (19 puntos) y destrozó al Armani Milán con su velocidad, pero igual de importante fue el encomiable trabajo de Polonara, que hizo una sacrificada labor -y marcó 17 puntos- como improvisado cincoGiedraitis superando por completo al exbaskonista Shields en el esperado duelo de aleros; o de Dragic, que aportó una frescura muy necesaria -y 15 puntos- con sus apariciones desde el banquillo.

Los únicos que no parecieron estar subidos en el tren de la ilusión fueron Luca Vildoza, que anotó un escaso triple, y los ayer residuales pívots Fall y Diop, ambos eclipsados por el boina verde transalpino, protagonista además con unas dobles figuras delante de sus paisanos.

Otro de los destacados de la tarde-noche fue Tadas Sedekerskis. Con su físico y su polivalencia para defender a toda clase de jugadores, entre ellos el veterano Hines, el emergente alero fue una figura clave en la aguerrida defensa del equipo de Dusko Ivanovic, que admitió la importancia del lituano. También lo hizo su compatriota Giedraitis, que reconoció su trabajo cediéndole un mate que podría habérselo apuntado él mismo cuando el duelo ya agonizaba y la exhibición azulgrana ya era una realidad.

Nadie sabe si Baskonia acabará entrando en el Top 8, pero lo que si está claro es que, aunque el cementerio continúe lleno de valientes, la gloria también está únicamente al alcance de estos.