Esta tarde se verán las caras en los banquillos dos técnicos que se conocen de sobra el uno al otro: Dusko Ivanovic y Ettore Messina. Nacidos ambos a finales de los años 50, son dos de los entrenadores más experimentados del Viejo Continente y se han ganado un hueco entre los grandes nombres de la Euroliga gracias a su buen hacer desde que el torneo europeo tomó su actual denominación, en la temporada 200-01. Aunque el técnico del Armani Milán es dos años más joven que el del TD Systems Baskonia, su carrera es algo más amplia, ya que no pasó por una etapa de jugador como Dusko.

Ambos se han visto las caras numerosas veces a lo largo de estos últimos 20 años, y lo han hecho defendiendo el escudo de grandes equipos de la Euroliga como el CSKA de Moscú, el Real Madrid, el FC Barcelona, el Panathinaikos, el Khimki, el Virtus Bologna y ahora el Baskonia y el Armani Milán. Eso sí, las cosas le han ido algo mejor a Messina en el torneo continental, donde se ha proclamado campeón en cuatro ocasiones, dos con el Virtus Bologna y dos con el CSKA.

De hecho, fue el primer entrenador en ganar la Euroliga tal y como se conoce hoy en día, y lo hizo precisamente derrotando a Dusko Ivanovic, en lo que sería el comienzo de una larga rivalidad que se ha alargado hasta hoy y que todavía promete estirarse varios años más. En aquella primera edición de la Euroliga, Ettore Messina se encontraba en el banquillo del Virtus Bologna, mientras que el montenegrino vivía su primera temporada al frente del banquillo del Baskonia. Con una plantilla en la que destacaban jugadores como Elmer Bennett, Fabricio Oberto, Sailius Stombergas y unos jóvenes Sergi Vidal y Luis Scola, el conjunto gasteiztarra fue superando las eliminatorias contra el Peristeri, el Olympiacos y el AEK hasta alcanzar la ansiada final, en la que esperaba el Virtus Bologna de Messina, que solo había perdido un partido en toda la Euroliga.

Sin embargo, los de Dusko Ivanovic no se dejaron intimidar por su historial y se impusieron en el primer partido de la serie, derrotando por 65-78 a su rival a domicilio. Los de Messina reaccionaron y, empujados por la calidad de Manu Ginobili, se llevaron los dos siguientes duelos por más de 20 puntos. Cuando parecía que la serie estaba sentenciada, el Baskonia forzó el quinto partido y peleó hasta el final en el enfrentamiento decisivo, que se decidió por un apretado 82-74. Desde entonces, Ivanovic y Messina han perdido la cuenta de todas las veces que se han enfrentado el uno al otro, con diversa fortuna. Eso sí, difícilmente se olvidarán de aquel duelo de la temporada 2000-01.