- La penúltima cita del 2020 conduce al TD Systems Baskonia hasta Zaragoza, donde esta tarde puede certificar en horario de sobremesa (16.30 horas) el billete matemática para la Copa del Rey prevista en el WiZink Center de Madrid. A falta de tres jornadas para que se haga la criba de los participantes coincidiendo con el final de la primera vuelta, el equipo de Ivanovic ya está virtualmente clasificado, si bien necesita un último empujón que de paso pueda ayudarle a certificar la vitola de cabeza de serie para el sorteo.
Como siempre sucede en estos casos, se trata de quedar lo más arriba posible en la clasificación con el fin de que el azar le depare un primer rival algo más benévolo en el cruce de cuartos de final. Si hace los deberes en el Príncipe Felipe, el Baskonia tendrá mucho terreno adelantado. Y es que sus dos principales perseguidores en la tabla, Joventut y Burgos, se miden entre sí esta jornada en el Olímpico de Badalona, donde el mejor resultado para los intereses azulgranas sería, sin duda alguna, un triunfo a domicilio de los pupilos entrenados por Joan Peñarroya.
Lo importante para la tropa vitoriana es que depende exclusivamente de sí mismo. Si gana sus tres duelo hasta el final de la primera vuelta -tras el Zaragoza, espera el Andorra de Ibon Navarro en el Buesa Arena y el Unicaja en el Martín Carpena-, el Baskonia será cabeza de serie y evitará en el primer enfrentamiento copero a los dos grandes (Real Madrid y Barcelona) y el peligroso Iberostar Tenerife.
A partir de ahí, el abanico de posibles adversarios es muy amplio para el maratoniano alavés, ya que hasta once equipos albergan aún posibilidades matemáticas de disputar la, previsiblemente, Copa del Rey más triste de la historia debido a la ausencia de público en las gradas.
En cuanto a la cita del Príncipe Felipe, el TD Systems quiere refrendar las buenas sensaciones ofrecidas el pasado miércoles en el Mediolanum Forum. La visita al Armani resultó terapeútica a todos los niveles con un grupo más estable a ambos lados de la pista que siempre llevó la delantera en el marcador pero, sin embargo, necesitó una genialidad de Henry en los compases finales con el fin de salir indemne de la reacción lombarda.
Hoy aguarda con el cuchillo en la boca un Casademont Zaragoza cuyo rendimiento en esta temporada está muy por debajo de las expectativas. El club maño no acertó el pasado verano con la elección del entrenador (Diego Ocampo) y a primeros de noviembre aterrizó en la capital maña una figura de indudable prestigio como Sergio Oveja Hernández.
Con el argentino al mando de las operaciones tampoco han mejorado excesivamente las cosas y el Zaragoza sigue sin poner excesiva tierra de por medio respecto a la zona caliente de la clasificación. Un decimosexto lugar que no se corresponde con la ambición de un club que acoge entre sus filas a jugadores de indudable prestigio como Jonathan Barreiro, Nico Brussino, Robin Benzing, Dylan Ennis, Tryggvi Hlinason o Jason Thompson.
El rival baskonista está retocando su plantilla de forma notable para tratar de revertir su mala dinámica. Recientemente repescó del Girona a Aleix Font y hace semanas reclutó en calidad de cedido a TJ Bray, base del Bayern Munich que no estaba entrando en exceso en los planes de Andrea Trinchieri.
La apuesta maña por muchas posesiones le ha conducido a ser el tercer máximo anotador de la ACB (86,53 puntos), pero su inconsistencia defensiva -es el peor de la competición con una media de 89,06 tantos encajados- se traduce en una evidente dificultad para ganar encuentros.
Todo hace indicar que Polonara podrá ser de la partida en el Príncipe Felipe tras el esguince de tobillo que le impidó alinearse ante el Armani en la Euroliga. La presencia del italiano se antoja vital para disponer de un efectivo más en una rotación azulgrana muy corta. De hecho, Diop, Kurucs y Raieste no han recibido la alternativa por parte de Ivanovic en los dos últimos compromisos.
Si los de Ivanovic hacen los deberes y el Joventut pierde ante el Burgos, la vitola de cabeza de serie para la Copa también estará casi lograda
Pese a acoger a jugadores de indudable prestigio, el inestable conjunto maño está rindiendo muy por debajo de las expectativas