A muchos clubes europeos se les habían puesto los colmillos largos ante la posibilidad de que Vincent Poirier decidiese poner punto y final a su aventura en la NBA y retornar en breve a este lado del Atlántico. Ante su pobre protagonismo durante la pasada temporada en los Celtics a las órdenes de Brad Stevens -tan solo participó en 22 partidos y uno del play off- , cabía la posibilidad de que el poste francés optara por cerrar su ciclo americano y aceptar alguna oferta en el Viejo Continente, donde en los últimos meses se le ha vinculado al Barcelona y Real Madrid.

Pues bien, Poirier acaba de salir al paso en su país natal para confirmar que su regreso a Europa está descartado, al menos para la actual temporada 2020-21 y que seguirá vistiendo la elástica verde de Boston. "Me queda un año de contrato y no daré marcha atrás. No romperé mi contrato para volver a Europa. Me comprometí dos años, no sabemos qué puede pasar. Al final de estos dos años, veremos qué sucede", explicó el galo al periodista Maxime Labrot.

Poirier tiene garantizado para la próxima campaña de la NBA un suculento montante económico de 2,6 millones de dólares, una cantidad difícil de asumir para cualquier club europeo en un contexto tan duro como el actual. El francés, eso sí, no está dispuesto a seguir calentando banquillo en la legendaria franquicia estadounidense, que alcanzó la final de la conferencia Este en la burbuja de Orlando.

"Tuve una charla con el entrenador al final de la temporada y le dije claramente que había cumplido un año en este rol y lo entendía. Pero le dije que ese aprendizaje sería de un año, no para tener otro segundo igual", advirtió el poste, sobre el que el TD Systems Baskonia ya no tiene ningún derecho tras pagar en su día su cláusula de rescisión para liberarse del contrato.