- Los partidos de pretemporada son muy esperados por los aficionados para poder ver a los jugadores que son nuevos en el club y la atención de los seguidores del TD Systems Baskonia se centra en los cuatro fichajes. Rokas Giedraitis está deslumbrando con una capacidad anotadora impresionante; Alec Peters ya de dejado muestras claras de que es un tirador letal al que no le tiembla el pulso; mientras que, por su parte, Tonye Jekiri ya ha mostrado su solidez bajo los tableros, con una fuerza descomunal y mucha intuición para atrapar rebotes.
Las primeras dudas las genera un Khadeen Carrington al que no se le ha visto para nada cómodo en lo que va de fase de preparación, muy fallón de cara a canasta y con problemas en la dirección. Pese a esa clara muestra de que necesita dar un paso adelante para ser tan importante como se espera, en el seno del Baskonia hay tranquilidad por el momento en ese sentido e, incluso, se transmite que Dusko Ivanovic está muy contento con el trabajo diario de su nuevo pupilo.
Y es que, el manido período de adaptación tiene un ritmo en cada caso y lo que sirve en unos no se puede aplicar de la misma manera para el resto. Con mayor o menor incidencia, los Giedraitis, Peters y Jekiri son ya profesionales con experiencia contrastada en el máximo nivel y que saben lo que es competir con los mejores en el Viejo Continente. Un camino que Carrington ha empezado a recorrer ahora, con el salto al máximo nivel después de sus experiencias anteriores en Montenegro (Mornar), Bélgica (Limburg) y Alemania (Ludwigsburg), clubes todos ellos muy lejanos de la exigencia que se va a encontrar a partir de ahora en todos los planos, desde lo táctico hasta lo físico.
Carrington llevaba mucho sin competir, desde que en marzo se parase la competición en Alemania, por lo que físicamente la puesta a punto, más aún con la exigencia que en este sentido impone Ivanovic, le puede costar un poco más que a sus compañeros. Además, desde este apartado se tiene que adaptar a unos rivales mucho más duros y hacerse fuerte para absorber los golpes y sacar sus lanzamientos.
El nivel en este sentido se incrementa de manera muy considerable respecto a sus anteriores experiencias y se trata de un factor clave para ver si acaba ofreciendo un buen resultado. Pero, además, también está el hecho de dejar de ser la referencia ofensiva principal como lo era en el Ludwigsburg, un equipo con un estilo muy peculiar que facilitaba las individualidades por la generación de espacios a través de la movilidad.
En sus dos primeros partidos, ante Burgos y Bilbao, lanzó mucho a canasta con malos porcentajes y firmó cuatro y siete puntos, respectivamente; frente a Estudiantes y Real Madrid se quedó en solo tres, pero apenas hizo dos lanzamientos. Y en la dirección tampoco se le ha visto cómodo. Pero, pese a que de momento deja dudas, en el trabajo diario está ofreciendo un buen nivel que hace que exista optimismo con su adaptación.