SAN PABLO BURGOS Renfroe (10), Benite (12), Rabaseda, Horton (9), Kravic (10) -quinteto inicial-, Rivero (14), Cook, Barrera (5), Sakho (6), Salvó (6) y McFadden (10).

TD SYSTEMS BASKONIA Henry (8), Vildoza, Giedraitis (20), Peters (14), Jekiri (10) -quinteto inicial-, Carrington (4), Raieste (7), Polonara (2), Ilimane (6) y Sedekerskis

Parciales 23-21, 25-15, 15-19 y 19-16.

Árbitros García, Manuel y Sánchez. Eliminaron por cinco faltas personales al local Sakho (minuto 35).

Pabellón Primer amistoso de la pretemporada para el Baskonia disputado en el Coliseum burgalés.

Menos de dos meses después de disfrutar en Valencia de uno de los éxitos más inesperados de su historia, el Baskonia regresó al parqué para comenzar la defensa de su último título de Liga. No ha transcurrido demasiado tiempo pero la escuadra que ayer se midió al San Pablo Burgos en el primer amistoso de la pretemporada poco o nada tiene que ver con el que se coronó campeón. Por cambiar, ha cambiado hasta de nombre. El antiguo Kirolbet ha dejado paso al nuevo TD Systems y con ello a una profunda renovación. Se mantiene, eso sí, la figura de Dusko Ivanovic al frente del banquillo y la obligatoriedad de seguir compitiendo a puerta cerrada debido a las restricciones sanitarias.

Precisamente por la presencia del montenegrino en la banda, la jornada de ayer se convertía seguramente en un momento largamente esperado por los integrantes de la plantilla azulgrana. Y es que la merecida fama que acompaña a las extenuantes pretemporadas de Dusko convierte a los encuentros de preparación casi en días de descanso (si es que esa palabra se puede asociar mínimamente al método del preparador balcánico).

Se trataba, en cualquier caso, de la puesta de largo de un equipo todavía muy verde y que apenas acumula unas semanas de trabajo junto. Como consecuencia de ello, el resultado fue el previsible. Un arranque al ralentí que, a pesar de saldarse con una derrota ante un San Pablo más rodado, permitió atisbar algunos detalles esperanzadores e intuir las líneas maestras del nuevo proyecto del vigente campeón liguero.

De entrada, el Baskonia compareció en el Coliseum burgalés sin tres piezas importantes: Fall, Dragic y Kurucs. Los tres arrastran diferentes molestias físicas y no se vistieron de corto. Si estuvieron sin embargo, los fichajes que deben encargarse de hacer olvidar a los que han abandonado el vestuario local del Buesa Arena. De esta manera Giedraitis, Peters, Jekiri y Carrington disfrutaron de sus primeros minutos como azulgranas trasladando diferentes sensaciones. Muy positivas en el caso del lituano y el nigeriano y bastante más grises los otros dos.

El duelo arrancó con Ivanovic apostando por la pareja Henry-Vildoza al timón, Giedraitis demostrando lo poco que necesita para exhibir un tiro letal y Jekiri haciéndose fuerte en la zona. Todo ello acompañado, claro está, de las desconexiones y la falta de acoplamiento propios de este momento del curso. El Burgos, por su parte, mantuvo el pulso y recurrió al tiro exterior como principal argumento.

Un arma que le permitió abrir brecha en el marcador en el segundo cuarto, cuando el cuadro alavés evidenció que su defensa todavía necesita muchos ajustes. Tras el paso por los vestuarios el Baskonia trató de enjugar los doce puntos de desventaja con los que se fue al descanso, aunque acusó la ausencia de Vildoza, que se tuvo que retirar tras recibir un cabezazo fortuito en la nariz en la primera acción de la reanudación. Pese a no contar con la magia del argentino, el TD Systems ofreció probablemente en este periodo sus mejores minutos.

Endureció su defensa -con Jekiri como principal referencia en la zona- y pudo disfrutar de lo que más le gusta. Con transiciones rápidas y acierto en el tiro llegó a ponerse a dos puntos pero varios errores evitables en el último minuto echaron por tierra el esfuerzo previo y devolvieron la calma a los locales (63-55). El cuarto definitivo ya no alteró el guion y ambos conjuntos mantuvieron la misma línea hasta terminar certificándose la derrota azulgrana.

Un resultado que, evidentemente, no pasa de la mera anécdota para un conjunto que acaba de comenzar a dar los primeros pasos de un camino largo e intenso al que espera adornar con un epílogo similar al de la pasada temporada. Para ello, claro está, harán falta muchas horas de taller para dotar de potencia a un motor que acaba de estrenarse.

36

Aunque la pretemporada acostumbra a ser un momento de dosificación de esfuerzos, Ivanovic tuvo al lituano nada menos que casi 36 minutos en pista.

Giedraitis demostró que tiene pólvora en las manos y Jekiri, con dobles figuras, ofreció la esperada consistencia en la zona