- Con la remozada plantilla baskonista prácticamente configurada, es una de las grandes preguntas que se hace la afición en estos momentos. ¿Tendrán realmente protagonismo los jóvenes a las órdenes de Dusko Ivanovic o serán simples jugadores de rellenos a los que, como sumo, el montenegrino concederá los minutos de la basura en algunos encuentros de la ACB? Pocos mejor que Jon Txakartegi, quien fuera profesor de Arturs Kurucs, Sander Raieste y Miguel González en el Baskonia 5+11 de LEB Plata en la temporada 2017-18 para valorar a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el papel de ambos canteranos bálticos en el próximo proyecto azulgrana.

El alero vallisoletano se fogueará previsiblemente lejos de Vitoria el próximo curso, pero tanto Kurucs como Raieste tienen plaza fija en el Baskonia 2020-21 tras haber estado ya dentro de la dinámica del equipo vitoriano en la pasada fase final de la ACB y haber gozado de muchos minutos en la exigente liga báltica. El descarado combo, con el que también disputó la Champions League de la FIBA, mientras que el alero estonio estuvo algo más relegado a un segundo plano en la rotación del Kalev/Cramo. Su condición de cupos de formación les obligará, junto a Tadas Sedekerskis, a integrar cada convocatoria de la competición doméstica.

“Cuando trabajamos juntos, ellos eran muy jóvenes, porque Arturs era junior de segundo año y Sander era su primer año senior. Eran dos chavales con mucha predisposición a trabajar, con una ética de trabajo muy alta. Hacíamos sesiones dobles de mañana y tarde, llegaban antes del entreno para hacer trabajo extra. Combinábamos las sesiones de técnica individual y las de tiro junto a Iñaki Iriarte. Aparte de ello, eran muy agradecidos, cuidaban mucho los detalles, estaban siempre abiertos a mejorar y era una gozada trabajar con ellos, sobre todo con la motivación que teníaN para progresar”, rememora Txakartegi, actual director deportivo y coordinador general de la Federación guipuzcoana de baloncesto.

Siempre que sea posible y ambos canteranos de 21 y 20 años, respectivamente, contraigan méritos durante los entrenamientos en la centrifugadora del Buesa, uno de los cometidos de Dusko Ivanovic radicará en darles confianza, ir acelerando su paulatino crecimiento y conseguir que finalicen su proceso de formación. Si la exigencia de un transatlántico continental como el Baskonia lo permite y los jóvenes no defraudan las expectativas con su entrega, el club vitoriano aspira a dejar atrás el mal fario a la hora de que sus canteranos sean protagonistas en el primer equipo.

“Estamos hablando de dos jugadores muy jóvenes y no van a dar el salto a un equipo profesional cualquiera de la ACB, sino que jugarán en el campeón de España, que es la segunda mejor liga de Europa, y en un conjunto que compite al más alto nivel en la Euroliga. La exigencia será máxima. Ellos han evolucionado mucho su en la última temporada, pero se encontrarán con otra tipología de equipo. Un Baskonia en el que los roles están muy marcados y hay estrellas al máximo nivel europeo. Entonces seguramente les costará encontrar su sitio, pero a base de trabajo y dedicación poco a poco sabrán cómo poder ayudar al equipo. Hay muchos factores, no solo la exigencia. Luego sabemos que Dusko es un entrenador que suele cerrar mucho el equipo y tiene confianza no en pocos jugadores pero sí en un núcleo duro”, sostiene Txakartegi.

La clave, a su juicio, será la paciencia y que tanto Kurucs como Raieste asimilen desde un principio que los minutos llegarán muy racionados, posiblementos en los partidos de guante blanco y ante rivales modestos. De ahí que sea necesaria la imprescindible fortaleza mental para no venirse abajo si vienen mal dadas. “En este primer año, deberán mostrar seguramente mucha paciencia, y más al principio. El entrenador pondrá su confianza en el núcleo duro, pero por ganas, trabajo y dedicación no será. Luego tienen la ventaja de que ambos pueden doblar puesto. Arturs es un combo que puede hacer el uno y el dos, mientras que Sander es un exterior que por físico y envergadura puede en algún momento desplazarse al cuatro o incluso ser un cuatrodos”, revela.

Del estonio, quizá el más desconocido para la afición azulgrana al no haber dispuesto de minutos de juego en la fase final de Valencia, Txakartegi elogia que “su mayor virtud es el físico, supera los tresdos, es capaz de jugar en bote, hace lecturas del bloqueo directo, cuando lo hace en el tres y cuatro por su velocidad y manejo de balón puede romper en el uno contra uno y ayuda en el rebote”. También reconoce que “en su última etapa ha ido mejorando el tiro desde posiciones paradas y eso ayuda a que pueda castigar balones cambiados tanto de dos como de tres. Luego destaca por saltar, correr y desbordar en el uno contra uno, algo que le convierte en un jugador versátil. En defensa es físico y posee capacidad para defender, siendo rápido de manos”.

En el caso de Kurucs, su descaro constituye la mejor virtud para que pueda erigirse en una alternativa de peso en el juego exterior. “Nunca se va a arrugar, tiene puntos en las manos y desborde. Cuando llegó a Vitoria era un jugador con una posición bastante marcada en el dos, no se desgastaba subiendo el balón o en lecturas del juego, eso es en lo que ha estado trabajando en los últimos años, en ser un alguien que pueda actuar como base. Tiene un físico privilegiado y mano, se está moviendo en unos porcentajes de tiro muy altos y eso hace que en posiciones lejanas sus defensores deban estar muy pegados. Teniendo entonces un primer paso tan agresivo y esa fuerza de piernas, se tira hacia el aro y es capaz de sacar ventajas. Incluso si llegan ayudas, aguanta el choque”, desgrana Txakartegi acerca de las virtudes del base-escolta letón.

El baskonismo, por tanto, alberga motivos suficientes para la esperanza con “dos proyectos de club” que teóricamente ya están preparados para dar respuestas a la necesidad del Baskonia de contar con un banquillo profundo en una próxima temporada con no menos de 70 partidos oficiales. La savia fresca brindada por Kurucs y Raieste debería ser imprescindible para oxigenar a los primeros espada, aunque será Ivanovic quien tenga la última palabra en este sentido. “Cuando no eres el entrenador, nunca puedes asegurar que vayan a a jugar, lo que sí puedo asegurar es que ayudarán al crecimiento del equipo”, concluye el técnico donostiarra que tuteló la carrera de los jóvenes bálticos en Vitoria hace dos temporadas.

“Ambos tienen una ética de trabajo muy alta y la ventaja de que pueden doblar puesto”

“Seguramente les costará encontrar su sitio, pero poco a poco sabrán ayudar al grupo”

“En este primer año deberán tener paciencia porque Dusko confiará en un núcleo duro”

Extécnico del Baskonia 5+11