- "Tienes que quedarte a vivir en Vitoria", le dice el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, a Dusko Ivanovic. La sonrisa en el rostro hay que suponérsela a los protagonistas, como al resto de asistentes al acto de recepción con el que el Baskonia agasajó a las instituciones locales en el Buesa Arena y en el que todos los presentes lucieron la mascarilla del club.
La siempre deseada foto con el trofeo que distingue al campeón tuvo ayer un cambio en el protagonismo, pues todos le dieron preferencia al técnico montenegrino para esas instantáneas que quedan para el recuerdo. Nombrarle hijo predilecto de la ciudad, dedicarle una calle o erigirle una estatua son varias de las medidas que se han podido vislumbrar a lo largo de los últimos días. Con mucha menos relevancia, algunos otros han conseguido más.
La cita que congregó a representantes de las tres grandes instituciones locales arrancó con las imágenes que resumen el título. La canasta de Luca Vildoza, el tiro errado por Cory Higgins, la celebración del equipo... Entre ellas, la carrera de Achille Polonara subiendo las escaleras de La Fonteta. "Dusko, ya no entrenas tan duro; que después de un partido un jugador suba así por las escaleras...", bromeó Josean Querejeta.
El montenegrino le tomó la palabra, amenazante mirando a sus jugadores: "Este ejercicio lo hacía yo con mis antiguos jugadores y creo que la próxima temporada lo vamos a recuperar". Risas y agradecimiento, como el del capitán, Tornike Shengelia, que agradeció al técnico que les permitiese "recuperar el espíritu competitivo".
"Somos los campeones de la Liga del coronavirus y seremos recordados siempre. La gloria estaba esperando a esta familia que creyó cuando muchos no lo hacían y sacó a relucir el carácter Baskonia. Ya sois parte de la historia de este club. Vuestros nombres quedarán para siempre en el recuerdo de toda la afición. Sois los dueños y merecedores de esta Liga que habéis conseguido con mucho esfuerzo y una fe inquebrantable", les agradeció Querejeta a los jugadores.
Sin opción de realizar una celebración con los aficionados, fue una joven baskonista, Naia, quien se encargó de representar a toda la masa social recogiendo de manos del presidente la réplica del trofeo de campeón. Un obsequio que también recibieron el Ayuntamiento de Vitoria por mediación de Gorka Urtaran; la Diputación Foral de Álava a manos de Ramiro González; y el Gobierno Vasco, representado por Iñigo Urkullu.
Un acto íntimo y sencillo, con las mascarillas y la distancia social como protagonistas, y que, además de políticos de todos los partidos, contó con la presencia de directivos, patrocinadores y trabajadores que se fotografiaron con el trofeo, pero, sobre todo, junto a Dusko.