Vitoria - La mejor generación griega de la historia, siempre al pie del cañón más allá de puntuales sonadas decepciones como la acontecida en el pasado Campeonato del Mundo de China, se va consumiendo poco a poco. Pese al empeño de muchos entendidos por negar lo evidente, el paso de los años no perdona a casi nadie y los achaques a determinada edad pasan factura en forma de incontables días de baja. No solo el gravemente lesionado Vassilis Spanoulis vislumbra ya cada vez más cerca la temida retirada, sino también alguno de sus célebres escuderos que le han ayudado a conseguir un palmarés de ensueño.
Entre los históricos de la Euroliga hay un hueco especial para Stratos Perperoglou, rival hoy del Baskonia y que a sus 35 años está viendo cómo una retahíla de percances físicos apenas le están concediendo respiro esta temporada en el Estrella Roja. Apenas diez encuentros contabiliza hasta ahora un veterano del Vietnam como el fino alero heleno, un clásico del baloncesto continental que ha desfilado por grandes transatlánticos -entre ellos, Panathinaikos y Olympiacos- dejando una estela de profesional intachable.
Cerca de cumplir las dos décadas como jugador de élite, Perperoglou vive su segunda campaña en el vigente campeón de la Liga Adriática. Su brillante papel de la pasada campaña, donde fue básico en el éxito del combinado serbio que permitió su retorno a la máxima competición, está careciendo ahora de continuidad. Todavía sin el tono físico ni el ritmo ideales, incluso permanece relegado en la poblada rotación exterior de un Estrella Roja donde la iniciativa ofensiva suele llevar la firma de consumados pistoleros como Lorenzo Brown, Billy Baron o Kevin Punter.
Pocos baloncestistas en activo pueden presumir de lucir tres Euroligas en su prolífico palmarés, sin obviar una infinidad de títulos domésticos en Grecia. Perperoglou vivió su época más dorada en el Panathinaikos durante aquel lustro comprendido entre 2007 y 2012. Con el club del trébol levantó dos Euroligas siendo durante varias temporadas un socio ideal para Spanoulis merced a sus célebres intangibles y, sobre todo, un trabajo silencioso que hizo de él un elemento imprescindible en los planes de Zeljko Obradovic. Por entonces sufrió unos problemas cardíacos -detectados a tiempo por los médicos- que comprometieron su continuidad al más alto nivel.
Consumado triplista gracias a su muñeca de seda, con muchos puntos en sus manos, inteligente y capaz de amargar la existencia a su par en el poste bajo, Perperoglou no alcanzó un acuerdo para renovar con el Panathinaikos y engrosó la célebre lista de traidores en el país heleno. Su marcha al eterno rival, sin levantar tantos ríos de tinta como la de Spanoulis años atrás, representó un golpe bajo para los dirigentes del OAKA. La familia Giannakopoulos vio cómo, de nuevo en compañía con el Dios griego, reinaba en Europa en 2013 con la camiseta del Olympiacos tras una memorable remontada en la final ante el Real Madrid. Su fama de nómada le ha conducido más tarde hasta Estambul, Barcelona, Jerusalén y Belgrado.
palmarés
3
EUROLIGAS
Dos de ellas llegaron a la sombra de Spanoulis en 2009 (Panathinaikos) y 2013 (Olympiacos). En 2011 ganó otra con el club del trébol.