vitoria - La fatídica temporada a nivel de resultados que le mantiene lejos de la zona de privilegio tanto en la Liga ACB como la Euroliga o le ha dejado sin el billete para la Copa del Rey deja obviamente otros daños colaterales en el Baskonia. Un objetivo marcado en rojo en la mente de los rectores azulgranas cuando se dio el pistoletazo de salida al actual ejercicio era, en la medida de lo posible, intentar promocionar a las jóvenes promesas de su plantilla cuando surgiese la oportunidad. Pues bien, en un contexto poco propicio y cada vez más preocupante debido a la escasa capacidad de reacción de un equipo incapaz de buscar antídotos contra su mediocridad todo hace indicar que dicho objetivo se va a quedar una vez más en agua de borrajas.

Ni las múltiples lesiones que han asolado a la plantilla ni la precariedad existente por la falta de efectivos en todos estos meses han permitido a Miguel González, Lautaro López o Ajdin Penava sudar en los partidos. Hasta su destitución en diciembre del año pasado, no hubo guiño alguno por parte de Velimir Perasovic. Su ostracismo tampoco ha cambiado con el aterrizaje de Dusko Ivanovic, dos técnicos que nunca se han distinguido por innovar con jóvenes todavía sin el cuajo suficiente para competir a estos niveles. Cuando las derrotas aprietan con fuerza el cuello de la camisa, rara vez un entrenador decide hacer experimentos con gaseosa.

De los tres, el caso del exterior vallisoletano comienza a ser sangrante. Y es que su notable papel en el pasado Europeo sub-20 en Israel -en dicho evento se colgó la medalla de plata con España siendo una de las piezas más destacadas de la selección- le hacía albergar ciertas esperanzas a la hora de disfrutar de algunos minutos en la rotación exterior. Oportunidades para que se despojara la sudadera han existido, pero está comprobado que la confianza en él es inexistente.

Su escuálido bagaje hasta ahora se reduce a 11 partidos y algo más de 33 minutos en pista. Una campaña más, González vuelve a ser un exterior de relleno que tan solo permite al Baskonia cumplir la legislación vigente en la ACB. El problema es que el club vitoriano también descarta de pleno la posibilidad de que progrese lejos de Vitoria, tal y como sucede con otros jóvenes de la cantera como Arturs Kurucs, Sander Raieste, Jurij Macura o el propio Tadas Sedekerskis.

En el caso de Lautaro, dado de baja en la ACB al no haber finalizado todavía los farragosos trámites para dejar de ocupar plaza de extracomunitario, y de Penava, una arriesgada apuesta procedente del baloncesto universitario estadounidense que finalmente sigue en Vitoria pese a que el Baskonia consensuó con su agencia de representación una cesión para la presente temporada, su ostracismo era hasta cierto punto previsible. Ambos están demasiado verdes como para recibir la alternativa en un momento como el actual donde las urgencias son más que evidentes. No cabe duda de que deben ser otros los jugadores obligados a tirar del carro en busca de la ansiada reacción y cargar sobre ellos la responsabilidad implica hacerles un flaco favor.

ilimane, el último La promoción de sus promesas constituye una de las grandes asignaturas pendientes del Baskonia desde hace varias temporadas. Porque desde Ilimane Diop ningún canterano formado en las entrañas del Buesa Arena ha conseguido asentarse con algo de regularidad en un equipo donde la necesidad de codearse con los mejores deja ya poco o nulo margen para el intento de reivindicación de sus jóvenes. Ningún entrenador se echa piedras sobre su propio tejado y detrás de la decisión de prescindir de todos ellos se encuentra por pura lógica su evidente falta de nivel con el fin de ayudar al Baskonia a dar la cara en dos competiciones exigentes a más no poder.

Canteranos como Tadas Sedekerskis o Rinalds Malmanis sí formaron parte de la dinámica del primer equipo en la historia reciente, pero luego carecieron de continuidad. En el caso del alero lituano, enviado el pasado verano al Neptunas de su país natal en calidad de cedido ante las negras perspectivas para poder disputar minutos con la elástica azulgrana, sus apariciones llegaron con cuentagotas de la mano de Sito Alonso en la campaña 2016-17. El cuatro letón, al que Pedro Martínez hizo debutar en el ejercicio 2017-18 ante la tardía llegada de un escudero para Tornike Shengelia, acaba de recalar en el Murcia tras una etapa con excesivos altibajos en el modesto Real Betis.

Miguel González. Ha participado en tan solo 11 partidos entre ACB y Euroliga disputando algo más de 33 minutos, la mayoría de ellos intrascendentes.

Lautaro López. El argentino apenas ha dispuesto de tres minutos en un duelo de Euroliga ante el Anadolu Efes. Está dado de baja en la ACB porque aún no tiene pasaporte comunitario y ocupa plaza de extranjero.

Ajdin Penava. Su destino para este curso debía ser una cesión, pero continúa en Vitoria ayudando en los entrenamientos. Solo ha entrado en la convocatoria para algunos choques europeos.