Vitoria - Han sido diez valiosos días sin competir para recargar las pilas y terminar de encajar a los dos últimos fichajes (Christon y Dragic) que parecen haber entrado con el pie derecho en el Baskonia. La principal incógnita estriba en saber si este parón habrá sentado bien a los pupilos de Ivanovic o, por el contrario, la inactividad se puede acusar ante un Zalgiris con más ritmo en sus piernas pero también con una fatiga evidente tras conquistar recientemente la Copa de Lituania. Al filo de las 23.00 horas habrá respuestas para la pregunta en cuestión que merodea la mente de los aficionados azulgranas en los prolegómenos de la velada.
Sin margen de error, el Baskonia afronta la primera de las diez finales en pos de un Top 8 que se ha tornado casi imposible tras los numerosos pecados cometidos a lo largo de la fase regular. La visita de los lituanos, con las mismas victorias en la tabla clasificatoria, supone el pistoletazo de salida a un intento de remontada que no admite titubeos. Es la hora de reengancharse a la pelea por un puesto entre la flor y nata continental, más cara que en ocasiones precedentes.
Un desliz ante los hombres de Jasikevicius podría ser mortal de necesidad para un Baskonia que aspira a descartar hoy de la lucha por la octava plaza a un rival directo al que ya hincó el diente en la ida por un claro resultado. Sin embargo, no puede existir ningún tipo de confianza ante un Zalgiris que ha mejorado de forma ostensible respecto a los primeros meses de la competición y aterriza en Vitoria en un dulce momento. Al frente de él se encuentra uno de los mejores entrenadores de Europa. Saras ha conseguido hacer magia con una modesta plantilla que apenas está echando de menos el concurso del lesionado Marius Grigonis.
El principal aliciente podría ser el regreso de Pierria Henry, operado hace menos de un mes de la fractura de los huesos de la cara y que, en caso de vestirse de corto, lo hará con una máscara protectora que evite cualquier golpe. La hipotética vuelta del base estadounidense se antoja fundamental para ganar una rotación en un perímetro que pasará su primera prueba de fuego tras la rescisión de Stauskas. La marcha del canadiense ha dejado al Baskonia sin uno de sus dos tiradores en nómina. Si la muñeca de Janning no termina de entrar en calor, la escasa amenaza desde la larga distancia puede ser un problema mayúsculo para Ivanovic en lo que resta de curso. De lo que no hay duda es que Christon y Henry están llamados a coincidir en pista durante muchos minutos.