Si en algún momento el Kirolbet Baskonia se jugara una recompensa importante al tradicional juego infantil de pares o nones, está claro que su elección siempre sería la primera opción. Porque a tenor de lo que sucedió ayer en Moscú, resulta más que evidente que el conjunto vitoriano odia los impares. O tal vez sería más correcto entonar la oración a la inversa. Sea como sea el orden más real, lo verdaderamente cierto es que estos números fueron los encargados de cavar la tumba del combinado de Velimir Perasovic. En concreto el uno y el tres.

Y es que los lanzamientos con este valor se convirtieron en un auténtico calvario para los azulgranas que, a poco que se hubiesen acercado a unos porcentajes normales, habrían tenido más que suficiente para poder regresar a Vitoria con un pleno de victorias en su casillero. Capítulo especial merecen los tiros libres. Porque resulta harto complicado explicar cómo un equipo profesional de primer nivel puede fallar nada menos que quince intentos desde la línea de 4,60.

Todo el excelente trabajo que realizaban los jugadores del Kirolbet para sacar faltas personales a sus pares y disponer de la oportunidad de conseguir puntos sin ninguna oposición acabó en la basura como consecuencia de una sucesión de errores cada vez más dolorosos. Aunque los pupilos de Velimir Perasovic se situaron nada menos que 33 veces en la línea de los tiros libres, únicamente fueron capaces de convertir dieciocho de estos intentos. Un pobre 54,5% de acierto que, lógicamente se convirtió en una losa demasiado pesada para poder conseguir el triunfo.

La palma en lo que hace referencia a los fallos se la llevó, una vez más el gigante Fall, que firmó un paupérrimo 3/12. El pívot francés volvió a demostrarse imparable en la zona para sus adversarios pero estos no mostraron el más mínimo reparo a la hora de cometer faltas sobre él conscientes de que su pésima estadística en este apartado les permitiría salir beneficiados con esa acción. Dos tiros libres cada uno erraron también Pollonara (2/4) y Micheal Eric (1/3), mientras que Henry y Shengelia aportaron otro fallo cada uno (2/3 y 5/6 respectivamente).

Pero si dramática fue la planilla azulgrana desde el 4,60, no mucho mejor fue la cosa desde otra línea decisiva en el baloncesto moderno, la que delimita la zona de tres puntos. En veinte ocasiones lanzaron los baskonistas desde más allá de los 6,75 y únicamente en cuatro de esas oportunidades la pelota acabó dentro de la red. Un preocupante 20% de acierto que, evidentemente, fue una rémora permanente en los intentos del combinado alavés de darle la vuelta a un marcador que cada vez se le complicaba más. Por esto no fuera suficiente, sus dos exteriores titulares ayer, Garino y Shields, acabaron el partido con dos puntos anotados entre los dos.