Vitoria - El Baskonia sondea con detenimiento el mercado estadounidense en busca de ese jugador que pretende sea diferencial para completar el juego exterior y que aporte una buena cantidad de puntos en cada partido. En los despachos del Buesa Arena se manejan informes de todo tipo después de haber realizado el club también trabajo de campo en la Liga de Verano, pero, por muchos datos que se manejen, la pesca en el gran zoco americano -en el que, por norma general, el coste de los jugadores suele ser más asequible que aquellos que ya cuentan con cierto nombre en Europa- siempre resulta compleja y de resultados del todo inciertos, sobre todo en lo referido a los jugadores que se disponen a vivir su primera experiencia profesional lejos de su país. Y, en los últimos años, el propio Baskonia ha vivido experiencias de todo tipo en este sentido.
Durante los años de esplendor -es decir, desde la irrupción definitiva en la Euroliga en la temporada 2000-01-, el club volcó sus esfuerzos en las jóvenes promesas que se fueron forjando en Vitoria en compañía de jugadores ya con amplia experiencia en Europa. Una tendencia que durante en esa década apoteósica se rompió en muy pocas ocasiones, siendo contadas las apariciones de refuerzos directamente procedentes de Estados Unidos y sin trayectoria alguna anterior en el Viejo Continente.
Uno de los movimientos más audaces de la historia del club fue la contratación de Raja Bell para la temporada 2002-03, pero el escolta que se había hecho famoso en las Finales de la NBA de dos años antes por su defensa sobre Kobe Bryant ni siquiera llegó a debutar por los problemas en la configuración de la plantilla tras la lesión de Elmer Bennett y la espantada de Pat Burke que condujeron a su corte.
Fugaces fueron también los pasos por Vitoria de algunos estadounidenses ya con alguna experiencia europea (Art Long, Brandon Kurtz, Drew Nicholas, Mustafa Shakur, Robert Hite, Chris Lofton...) y quien rompió la regla asentándose en la capital alavesa fue Travis Hansen. El alero mormón estuvo dos temporadas en el TAU Cerámica (2004-06) y ofreció un rendimiento notable tras una adaptación compleja. En su segundo año en el club, además, estuvo acompañado por otro estadounidense que en el Baskonia vivió su primera experiencia europea, Casey Jacobsen, un tirador letal que no llegó a explotar en el Buesa Arena. El siguiente en aparecer en Vitoria directamente desde Estados Unidos fue un Linton Johnson que también fue efímero, lo mismo que un James Singletary que cerró la década en lo referido a este tipo de apuestas.
La huelga en el arranque de la NBA de la temporada 2011-12 provocó que varios jugadores americanos aprovechasen que no había competición para ganar un dinero en su primera experiencia continental. Y el Baskonia se movió mucho en ese sentido -recuperó a Goran Dragic y Kevin Seraphin temporalmente para Europa- haciéndose con los servicios de Reggie Williams y Joey Dorsey. El primero estaba llamado a ser el referente anotador del exterior, pero las lesiones le lastraron y no acabó de convencer en ningún momento; el segundo, una montaña de músculos, no dio el rendimiento esperado y tampoco duró mucho en el club.
Las vacas flacas ya eran toda una realidad y a las puertas del momento de mayor penuria económica del club se produjo el más fantasioso de los movimientos que en toda su trayectoria ha realizado. La aparición en Vitoria de Lamar Odom puso al Baskonia en boca de todos, aunque la experiencia acabó de aquella manera porque el neoyorquino ya no tenía el cuerpo para nada.
La limitación de los recursos monetarios llevó a incidir en el mercado americano durante la temporada que Marco Crespi empezó como entrenador. Los Orlando Johnson, Ryan Gomes o DJ White fueron fracasos sonoros que apenas tuvieron tiempo para asentarse, aunque los Darius Adams, Mike James y Colton Iverson, que ya conocían Europa, dieron buen rendimiento y los dos exteriores incluso acabarían deslumbrando en su segunda campaña en el Buesa Arena.
En las tres últimas temporadas, apuestas de bajo coste (Trevor Cooney, Josh Akognon, Kevin Jones, Jalen Jones) y rendimiento acorde a dicho gasto se han visto complementadas por movimientos de calado considerable que, en líneas generales, han ofrecido un nivel entre bueno y sobresaliente.
El mejor fichaje de los últimos años, sobre todo teniendo en cuenta que se hizo a un precio relativamente bajo, tuvo como protagonista a Shane Larkin, un base que está llamado a dominar la Euroliga durante mucho tiempo. Esa misma temporada, Chase Budinger ofreció solidez tras una costosa adaptación, pero se vio lastrado por sus problemas de espalda. Eso sí, para fatalidad la lesión en pretemporada de Jordan McRae hace dos veranos después de haber mostrado un potencial tremendo en los primeros entrenamientos. La última apuesta llegada directamente desde Estados Unidos, Darrun Hilliard, también acabó ofreciendo un nivel notable tras el siempre período de acoplamiento a un baloncesto diferente.
Ahora el Baskonia analiza el mercado americano con suma precisión con el deseo de repetir alguna de las positivas experiencias recientes dentro de un mercado de una enorme complejidad y en el que nunca hay certeza alguna de que se va a acertar. Y de ahí la dificultad de pescar un jugador diferencial como el que busca el club en estos momentos.