Real Madrid94

Obradoiro70

REAL MADRID Rudy (14), Campazzo (15), Tavares (9), Deck (2), Thompkins (9) -cinco inicial-, Causeur (6), Yusta (7), Reyes (6), Ayón (11), Carroll (11), Prepelic (2) y Pantzar (2).

MONBUS OBRADOIRO Sabat, Simons (12), Llovet, Hlinason (2), Singler (17) -cinco inicial-, Obst (6), De Zeeuw (14), Spires, Navarro, Pozas (2), Brodziansky (11) y Vasileiadis (6).

Parciales 20-22; 25-21; 26-13; 23-14.

Árbitros Cortés, Martínez y Mendoza. Sin eliminados por faltas.

Pabellón WiZink Center.

Madrid - El Real Madrid se impuso al Monbus Obradoiro por 94-70 y se reconcilió con la línea de 6,75 metros, después de que en los dos últimos partidos sólo anotara 4 triples en cada uno, en un choque en el que las canastas de tres puntos fueron protagonistas. El Obradoiro pasó rápidamente al ataque mostrando la que sería su mejor arma, el triple. Simons y Kyle Singler anotaron los dos primeros para poner a los gallegos por delante en el marcador, 5-6. A partir de este momento, la línea de 6,75 metros pasó a ser el centro del partido, por los lanzamientos y acierto del equipo de Moncho Fernández y por la poca puntería, desde esa misma distancia, del Madrid. Simons lo hizo todo triple en los primeros cinco minutos, al anotar tres triples sin fallo y al cometer tres personales que le mandaron al banquillo y dejaron a su equipo sin un tirador y anotador enchufado. El Madrid amparado en Campazzo y Tavares se agarró al partido y acabó el primer cuarto con 20-22 y 6/12 en triples de los gallegos por 3/9 de los locales.

En el segundo cuarto, el Madrid sufrió cuando Campazzo tuvo que ir al banco para tomarse un respiro. El Obradoiro siguió jugando a lo suyo, al triple, y le salió bien. Acabó los primeros veinte minutos de juego con un gran 11 de 24 (46%). El Madrid mejoró algo en esta faceta, 4 de 8 en el segundo acto, y gracias a un triple de Rudy en los últimos instantes se pudo ir al descanso con ventaja en el marcador, 45-43.

Lo primero que hizo Simons en su vuelta a la cancha, en el inicio del tercer acto, fue clavar otra canasta de tres puntos, quizá como aviso al Madrid de que su estancia en el banquillo no había enfriado su muñeca caliente. Thompkins y Rudy comenzaron a pagar al Obradoiro con la misma moneda y sendos triples suyos significaron el 51-46 (m.22,30), la mayor ventaja madridista.

El juego ofensivo del Real Madrid comenzó a fluir de forma continua, al tiempo que la defensa exterior ahogó las líneas de pase del equipo gallego y, por tanto, su efectividad desde los 6,75 metros. La traslación al marcador fue rotunda, 64-48, tras un parcial en estos minutos del tercer acto de 19-5. Al final de este periodo, 71-56. Reconciliado con el triple, tanto a favor como en contra, Laso pudo seguir con su plan de no cargar de minutos a los jugadores más castigados. - Efe