vitoria - Desventaja de campo, eliminatoria al mejor de cinco partidos y, por si ello fuera poco, un oponente de máxima enjundia en la acera de enfrente, esta vez un CSKA que ya se ha disfrazado de bestia negra en el pasado en tres ocasiones a estas mismas alturas de la Euroliga. Todos esos fatídicos ingredientes, introducidos en una coctelera, llevan jugando durante la última década una mala pasada al Baskonia cuando ha tenido a su alcance nada menos que un pasaporte para la Final Four.

Pues bien, la tropa vitoriana vuelve a hallarse ahora ante el peor de todos los escenarios posibles para intentar hacer realidad el sueño de la sexta presencia de la historia en la gran fiesta del baloncesto continental. Desde el martes de la próxima semana no solo buscará hacer frente a un molino de viento como el CSKA de recursos ilimitados gracias a esos, aproximadamente, 40 millones de presupuesto sino también revertir el peso de la historia reciente que no augura nada positivo antes del descorche de una serie decantada, a priori, a favor del conjunto del Ejército Rojo.

Desde que los rectores de la Euroliga decidiesen estirar en vísperas de la campaña 2008-09 de tres a cinco partidos el cruce previo de la Final a Cuatro, el Baskonia ha disputado un total de cinco eliminatorias sin el factor cancha a su favor. Pues bien, ninguna de ellas permitió atisbar, a la postre, la silueta azulgrana entre los cuatro mejores equipos del Viejo Continente.

El CSKA ya se ha interpuesto en el camino hacia la gloria hasta en tres ocasiones. Si en los años 2010 y 2013 superó al Baskonia por un global de 3-1 con ciertas dosis de polémica, en 2017 lo hizo por un resultado más rotundo si cabe (3-0) después de tres asaltos al filo de la navaja que no premiaron la titánica resistencia de los hombres dirigidos entonces por Sito Alonso.

Otro transatlántico como el Fenerbahce de Zeljko Obradovic también cercenó en 2018 las esperanzas alavesas en cuatro encuentros (3-1), mientras que la ocasión más propicia para hacer saltar la banca había tenido lugar mucho antes en 2009 ante el Barcelona. Los culés llegaron a verse abajo (1-2), pero conquistaron el Buesa Arena en la cuarta entrega y remataron el trabajo en el desempate en el Palau Blaugrana.

éxitos al mejor de tres Todas estas decepciones han tenido un denominador común como el progresivo desfondamiento físico de los vitorianos a medida que la serie iba avanzando y la superioridad numérica de sus opulentos rivales ganaba terreno con cierta claridad. No cabe duda de que, a tres partidos, el margen para sorprender a los principales favoritos al reinado continental aumenta de forma exponencial. Sin embargo, las eliminatorias más largas obligan a un titánico derroche en el plano físico y mental que siempre benefician los intereses de las plantillas más profundas.

Las cinco apariciones del Baskonia en la Final Four se produjeron en su día en circunstancias diferentes a las actuales. Durante aquel cuatrienio dorado entre 2005 y 2008 en el que los alaveses vivieron el momento más dorado de su historia clasificándose para las Finales a Cuatro de Moscú, Praga, Atenas y Madrid, respectivamente, el Top 8 estaba programado al mejor de solo tres asaltos. Y en 2016, año en que se coló por última vez entre el grupo de elegidos con su pasaporte para el Mercedes-Benz Arena de Berlín, el inquilino del Buesa Arena sí dispuso de la ventaja de campo ante el Panathinaikos.

Si bien el CSKA parece no infundir el pavor de ejercicios precedentes, parte como favorito debido a los incontables recursos de un plantel superior en número al del Baskonia. Las sensibles bajas de Velimir Perasovic, que confía en tener pronto de vuelta a Matt Janning, reducen más si cabe las esperanzas de hincar el diente al gigante ruso.

En la reciente confrontación de la fase regular disputada por ambos contendientes en el Megasport Arena, Dimitris Itoudis se permitió el lujo de dejar fuera de la convocatoria a Semen Antonov y excluyó de la rotación a un internacional como el ala-pívot Andrey Vorontsevich y al prometedor base Ivan Ukhov, reclutado el pasado verano procedente del Parma Basket Perm tras ser designado mejor joven del 2017 en la VTB League. Y es que, a diferencia de su homólogo en el banquillo azulgrana, el entrenador griego dispone de un arsenal envidiable en todas las demarcaciones.

2009. Fue el primer año en que la Euroliga estiró el cruce previo a la ‘Final Four’ al mejor de cinco partidos. El Baskonia cedió ante el Barça (3-2) tras caer en el desempate en el Palau.

2010. El CSKA dejó en la cuneta a los vitorianos tras imponerse por un global de 3-1.

2013. Nuevamente el conjunto ruso apartó a los vitorianos de su grandilocuente objetivo con el mismo marcador (3-1).

2017. El Baskonia volvió a verse las caras en la antesala de la Final a Cuatro con la bestia negra moscovita y esta vez cayó por un injusto 3-0 tras competir de forma notable en todos los duelos.

2018. El Fenerbahce de Zeljko Obradovic se erigió la pasada campaña en el verdugo azulgrana por un global de 3-1.