El destino suele ser, en ocasiones, caprichoso. Si bien no hay excesivos motivos para ilusionarse con un Baskonia campeón de la Copa el próximo 17 de febrero, conviene agarrarse a cualquier precedente o dato estadístico para que se dispare la euforia o, al menos, crezca la confianza entre unas aficionados más cautelosos que en campañas precedentes ante las sensibles ausencias en el engranaje de Velimir Perasovic y la inacción de las altas esferas para subsanar esta racha de mala suerte.
Los seguidores baskonistas más veteranos, especialmente aquellos que conservan una buena memoria, esbozaron ayer una sonrisa de esperanza cuando Alberto Casado y Rober Bodegas, integrantes del grupo Pantomima Full que extrajeron las bolas del sorteo, unieron los destinos del Baskonia y Joventut para configurar uno de los cruces coperos en el WiZink Center. Es un clásico que hasta la fecha se ha repetido en siete ocasiones, casi siempre con triunfo para los alaveses.
La historia dice que el conjunto verdinegro suele ser un rival talismán para el Baskonia en la Copa, que ha asistido en el pasado a cinco enfrentamientos entre estos dos clásicos en la ronda de cuartos con idéntico desenlace: victoria para el inquilino del Buesa Arena. Ello tampoco pasaría de anécdota si no fuera porque, en cuatro de esas cinco ocasiones que dejó en la cuneta en primera instancia a la Penya, el Baskonia terminó izando el título en las ediciones de 1995 (Granada), 1999 (Valencia), 2002 (Vitoria) y 2006 (Madrid). Además, algunos duelos estuvieron teñidos de ciertas dosis de polémica, como en 1995 con aquel tiempo muerto de Manel Comas y su particular vendetta ante Zeljko Obradovic, el por entonces técnico del Joventut que en un partido anterior había tenido idéntico feo gesto con el Sheriff.
Alaveses y catalanes han disputado siete partidos en el torneo del K. O., dos de los cuales fueron en la gran final. En la de 2004 resultó victorioso (81-77) el extinto TAU Cerámica, capaz de neutralizar el efecto Rudy Fernández gracias a una poderosa plantilla en la que figuraban, entre otros, Pablo Prigioni, Arvydas Macijauskas, Luis Scola o Tiago Splitter. Mucho peor le fueron las cosas a los alaveses en 2008 cuando, delante de su propio público, no pudieron levantar el título ante una de las mejores versiones del Joventut en toda su historia. El equipo dirigido en aquel momento por Neven Spahija cedió (80-82) ante un bloque mayúsculo liderado por Aíto y en el que trío integrado por Ricky Rubio, Pau Ribas y Rudy Fernández empezaba a despertar el interés de los grandes.
Dentro de tres semanas, el WiZink Center asistirá al octavo enfrentamiento copero entre dos clásicos que viven realidades muy diferentes. Mientras el Baskonia lleva instalado en la élite desde tiempos inmemoriales, el Joventut acaba de superar una de las mayores crisis económicas de su historia. Hasta el punto de haber coqueteado con la desaparición de no mediar la providencial aparición de la familia Grifols para cubrir la ampliación de capital de casi 4 millones.
Sevilla (1994). El Baskonia se impuso con comodidad (71-79) con un gran papel de Perasovic, Nicola y Rivas. El equipo perdería la final ante el Barcelona.
Granada (1995). Repitieron éxito los alaveses (89-96) en un partido famoso por el tiempo muerto de Manel Comas en los segundos finales como ‘vendetta’ ante Zeljko Obradovic. Llegaría el primer título ante el Zaragoza.
Valencia (1999). El TAU se proclamó campeón de aquella edición tras sortear el primer obstáculo de la ‘Penya’ en cuartos por un ajustado 76-73.
Vitoria (2002). El combinado de Dusko Ivanovic se impuso con muchos apuros (74-72) a los verdinegros en el estreno copero. Fue el preludio de otro éxito en la final ante el Barcelona.
Madrid (2006). El Baskonia causó un destrozo (92-72) al Joventut, su primer escollo en el camino hacia el que sería su quinto entorchado copero.