vitoria - Emulando al Ethan Hunt al que da vida desde hace unos cuantos años Tom Cruise en esta conocida saga de películas, el Kirolbet Baskonia protagonizará esta tarde en Estambul su particular Misión imposible. Porque lo cierto es que así puede considerarse su visita al todopoderoso Fenerbahce. Si ya en condiciones normales cualquier duelo con el coloso turco entraña una dificultad extrema, las especiales circunstancias en las llega la escuadra vitoriana a esta cita provocan que soñar con un resultado se convierta prácticamente en una quimera. Sin embargo, la historia del deporte está repleta de gestas y ese es precisamente el clavo ardiendo al que se agarra el cuadro de Velimir Perasovic.

Por otro lado, en un escenario tan poco propicio como el actual, los azulgranas tienen bastante poco que perder. Una derrota sería entendido como un resultado completamente lógico y esa ausencia de presión debe ser un factor que deben tratar de que juegue a su favor. Porque el simple hecho de oponer resistencia ante la máquina casi perfecta de Zeljko Obradovic sería digno de alabar.

Y es que el siempre caprichoso destino parece haberse empeñado en complicar sobremanera el arranque competitivo del Baskonia en este recién estrenado 2019. De esta manera, debe afrontar el desplazamiento con únicamente ocho jugadores disponibles más la presencia de los residuales Penava, Miguel González y Arturs Kurucs. Los contratiempos físicos se han cebado con un Kirolbet que no puede contar por este motivo con Shengelia, Granger, Garino y Sedekerskis. Un lastre demasiado pesado para cualquier conjunto pero que se convierte en una losa prácticamente imposible de levantar para una plantilla corta de efectivos como la de Velimir Perasovic.

Por este motivo y a la espera de que fructifique el intenso rastreo del mercado que desde hace varias semanas realiza la entidad de Zurbano el técnico está obligado a extraer el máximo rendimiento posible de las escasas piezas con las que cuenta. Unos elementos que deben dar varios pasos adelante en su rendimiento para cubrir los huecos que dejan las importantes bajas del equipo. En caso contrario, el conjunto vitoriano puede sufrir un peligroso bache de resultados que ponga en peligro sus objetivos de este curso.

En situaciones de necesidad, en cualquier caso, conviene ir paso a paso y no tratar de correr más de lo debido puesto que el riesgo de caída es bastante más acusado. Por ello, el plantel gasteiztarra debe centrarse en tratar de encontrar algún mínimo resquicio en el impenetrable Fenerbahce por el que hacerle daño. Antes o después todas las murallas terminan cediendo y sumar una victoria en Estambul, en las condiciones en las que afronta el compromiso, sería un premio mayúsculo. Claro que, para lograrlo, el Baskonia necesitará estar más cerca de la perfección que nunca ante un adversario que castiga como nadie los errores ajenos.