Vitoria - El Kirolbet Baskonia ha conseguido sobrevivir a un arranque de curso muy negativo en cuanto a resultados y a un calendario criminal con nueve de sus primeros quince encuentros como visitante para terminar la primera vuelta de la fase regular de la Euroliga con un balance de siete victorias y ocho derrotas y metido de lleno en la pelea por clasificarse para el Top 8, el objetivo que cada temporada se marca el club. En estos momentos, se encuentra décimo, con el mismo balance que el octavo clasificado -el Zalgiris, que tiene mejor basket average que Milano, el propio conjunto vitoriano y el Panathinaikos, por ese orden los cuatro con las mismas victorias-, el último que lograría el billete para los cuartos de final. Mientras, el cuarto puesto, que otorga la condición de cabeza de serie en dicha ronda, está a solo dos triunfos. Unos márgenes muy exiguos que hablan bien a las claras de la igualdad que reina en la zona siguiente a la de los tres grandes dominadores (Fenerbahce, Real Madrid y CSKA), con hasta ocho equipos jugándose cinco plazas en el Top 8.

Como si hubiese decidido calcar su trayectoria del pasado curso, un inicio de campaña muy por debajo de lo esperado se llevó por delante a Pedro Martínez -firmó un balance de dos victorias y cinco derrotas y el tropiezo en la cancha de Buducnost desencadenó su despido- y de la mano de Velimir Perasovic se ha conseguido reaccionar, como ocurriera el pasado curso con el catalán tras la dimisión de Pablo Prigioni, para concluir, tras firmar el croata cinco triunfos y tres nuevos tropiezos, con un balance de siete victorias y ocho derrotas. Un registro idéntico al que el equipo vitoriano ostentaba hace un año a estas alturas, cuando se encontraba noveno. Eso sí, entonces los azulgranas se encontraban a un partido de distancia de la octava plaza.

Dieciséis para clasificarse En las dos temporadas anteriores, que suponen toda la experiencia que existe con el actual formato de competición, la barrera de la clasificación se ha situado en las dieciséis victorias. Ese registro firmaron el propio Baskonia -a sus siete triunfos en la primera vuelta añadió otros nueve más en la segunda- y el Khimki, séptimo y octavo respectivamente, el pasado curso, aunque con tres partidos de ventaja sobre el noveno y mucho margen en el tramo final de la fase regular para no pasar nervios. Mucho más apurado fue el pase del Darussafaka en la campaña 2016-17, ya que a dicho número de victorias hubo de añadir el basket average favorable para superar al Estrella Roja. En dicha campaña, el equipo vitoriano se fue hasta los diecisiete triunfos, diez en la primera vuelta y siete en la segunda.

El calendario se gira con la llegada de la segunda vuelta, con nueve partidos en el Buesa Arena y seis a domicilio, aunque la serie continúa ahora con salidas a las complicadas canchas de Fenerbahce y Olympiacos. El conjunto azulgrana ha firmado una primera vuelta buena como visitante con cuatro victorias -su balance entre partidos en casa y fuera arroja un saldo de un triunfo a favor-, pero necesita hacerse fuerte como local -solo la mitad de los partidos ganados, tres- para conseguir que ese calendario no sea favorable solo sobre el papel. Casi todos sus rivales por la clasificación y la mayoría de los últimos clasificados al final de la primera vuelta tienen que pasar todavía por Vitoria, así que en esa serie de duelos directos se depositarán gran parte de las opciones del Baskonia de estar por tercera temporada consecutiva entre los ocho mejores de Europa. En todo caso, la igualdad que preside la competición otorga un peso muy importante a cada victoria, por lo que casi cada partido es una final.