Hasta el momento parecía que el Kirolbet Baskonia contaba con un núcleo duro de jugadores que eran los encargados de tirar del carro y los grandes protagonistas en prácticamente todos los éxitos del equipo. Una circunstancia que, lógicamente, ofrece la vertiente positiva de saber que Velimir Perasovic cuenta con unos elementos que siempre responden pero, como contrapunto, también abría la incógnita de cómo conseguir que no debieran enfrentarse tan solos ante el peligro. Pues bien, el preparador croata encontró ayer la fórmula precisa.

Porque lo cierto es que la importante victoria cosechada ante el Herbalife Gran Canaria se cimentó, fundamentalmente, en la aportación de algunos hombres muy poco habituados desde que arrancó el curso a desempeñar este papel. Aunque fueron varios los integrantes de la plantilla que destacaron, resulta casi obligado destacar por encima del resto a dos nombres propios.

Los de Ilimane Diop y Shavon Shields. El pívot fue el primero en encender la mecha con una actuación estelar en el segundo cuarto. Tras diez primeros minutos de juego alegre, el Baskonia elevó sensiblemente el nivel de su defensa en el siguiente parcial y en ello tuvo una gran incidencia el trabajo del hispanosenegalés. Pero es que, además, anotó ocho puntos sin fallo alguno en sus tiros y mostró una gran consistencia en el rebote. Poco más se le puede pedir.

Tras el descanso fue el norteamericano quien tomó el relevo de los actores secundarios decididos a brillar con luz de estrella. Así, pese a que el Baskonia no pudo contar en todo este periodo con su gran refetencia en pista -Shengelia cometió su tercera falta nada más iniciarse y Peras le reservó-, casi nadie le echó de menos. Shields reclamó los focos para sí y ofreció en estos minutos su mejor versión (que tanto se ha extrañado hasta ahora). Así, sumó nueve puntos con un amplio repertorio de canastas (triples, penetraciones, tras rebote...) y contribuyó decisivamente a romper el marcador a favor del Baskonia. Mañana, ambos tendrán otra oportunidad de brillar.