vitoria - Todavía es alguien muy querido en un Buesa Arena para quien siempre será “el ídolo local”. Durante nueve largas temporadas se empapó como pocos de lo que se conoce en el mundillo baloncestístico como Carácter Baskonia y supo la fuerza que brinda el Buesa Arena antes de un partido tan caliente como el que hoy disputará el Kirolbet ante el Real Madrid correspondiente al tercer asalto de la final de la ACB. Finalizada hace semanas con éxito una temporada angustiosa en Badalona, Sergi Vidal y el club vitoriano conformaron uno de los matrimonios más longevos en la historia de la competición. El exterior catalán, siempre a la sombra de jugadores carismáticos pero cuyo trabajo oscuro y sacrificio resultaron impagables para todos los entrenadores que desfilaron por la cancha de Zurbano, especialmente Dusko Ivanovic, conquistó dos títulos ligueros como azulgrana (2002 y 2008), pero también vivió una pesadilla en 2005 ante los merengues de la que, confiesa, jamás podrá olvidarse.

¿Qué resultado final vaticina para esta final con el 1-1 que campea en el marcador?

-Realmente es difícil decir un favorito. El Baskonia dio un golpe en la mesa después del primer partido recuperando el factor pista. Todos sabemos que lo que supone jugar en el Buesa y no tengo duda de que el ambiente será espectacular. Esto le dará un plus extra al Kirolbet, pero al mismo tiempo ya vimos el viernes que, cuando el Madrid está bien, es un rodillo y todos los jugadores son capaces de anotar y cada error te lo castigan. Además, habrá que ver un poco la evolución de los jugadores con problemas físicos como Granger o Voigtmann. Será fundamental que Pedro pueda contar con todos los jugadores en perfecto estado.

El Real Madrid tiene una mayor profundidad de banquillo y eso puede terminar pesando en una final a cinco partidos. ¿Así lo cree?

-Tras una primera parte como la del viernes donde, si juzgas el nivel de anotación y el rendimiento dado por el Baskonia, ante cualquier otro equipo se habría ido 15 puntos arriba. Sin embargo, al final se marcharon igualados al descanso. En la segunda mitad, el Real Madrid mantuvo su inercia positiva y consiguió llevarse el partido. Por plantilla, mirando jugador por jugador y también por presupuesto, creo que está por encima, pero hay algunos factores que se encuentran a favor del Baskonia. Uno de ellos será el calor del Buesa Arena, donde imagino que llevarán al equipo en volandas.

Toda Vitoria se ha volcado en el sueño de la cuarta ACB de la historia y, previsiblemente, hoy no cabrá ni un alfiler en el recinto de Zurbano. Usted ya sabe cómo ruge aquí el sexto jugador...

-Solo de pensarlo, se me pone la piel de gallina el ambiente que habrá. Creo que todo el mundo es consciente de que, después de muchos años, ese primer encuentro que se ganó en Madrid le concede serias opciones al Baskonia. Todo el mundo sueña con volver a tener un gran éxito en una temporada como sería ganar esta liga.

La travesía por el desierto ha sido larga. ¿Encuentra alguna razón para ello o es que durante su larga estancia en Vitoria existía otra mentalidad ganadora y más dinero para confeccionar la plantilla?

-Hay que ser conscientes de muchas cosas. Todo el mundo se acostumbra rápido a lo bueno. En los últimos años, la situación ha sido la que ha sido. A nivel europeo y nacional, hay equipos con un presupuesto brutal que están por encima de los demás, pero el Baskonia ha seguido compitiendo y haciendo buenas temporadas. Ya lo vimos el año pasado con el Valencia Basket. Parecía que el Real Madrid era claro favorito para ganar el título y al final saltó la sorpresa. No me atrevo a decir un favorito claro. Por plantilla, parece el Real Madrid algo superior, pero ahí está el carácter Baskonia y el factor Buesa que pueden igualar la serie. El Kirolbet es, ante todo, un grupo con orgullo que no querrá dejar pasar esta oportunidad después de ocho años. La gente sigue estando a muerte con el equipo y a poco que puedan lo van a dar todo para poder conquistar este éxito.

Pocos mejor que usted conocen a Pablo Prigioni. ¿Cree que se equivocó aceptando tan pronto el reto de convertirse en el primer entrenador del Baskonia?

-Yo creo que las cosas necesitan su tiempo. También hay que ver, estudiar y entender cada situación. Muy pocos proyectos suelen dar resultados a las primeras de cambio. Esto lo hablé hace poco con Alberto Herreros. Los proyectos necesitan su tiempo y su columna vertebral. Durante mis años en Vitoria siempre existía lo que llamábamos una vieja guardia pretoriana pese a que cada verano perdíamos a jugadores importantísimos. Estos veteranos hacían que la línea del equipo fuera la misma con independencia de los fichajes o los entrenadores que vinieran. Todos conocían la forma de trabajar, cómo se jugaba y esto hacía que, a pesar de los problemas en forma de lesiones o del adiós de jugadores clave, el equipo siguiera rindiendo. Una de las grandes ventajas que tiene el Real Madrid ha sido precisamente la continuidad que ha dado a su proyecto, de ahí los éxitos que ha ido recopilando. Una buena base de jugadores con una grandísima calidad, un proyecto con el mismo entrenador desde hace años... Entonces lo único que debes hacer es traer unas pocas piezas que se adapten a ese engranaje.

Por lo que dice, ¿le hubiese dado más tiempo al argentino si habría sido usted Josean Querejeta?

-Estamos en un mundo muy profesional, donde no importa lo bonito que juegues o las sensaciones. Lo único que importa es ganar y el proyecto del Baskonia siempre es ganador. Por tanto, entiendo que se hiciera el cambio. El inicio no fue el esperado por nadie, pero estoy convencido de que con más tiempo hubiesen llegado los resultados. Que vaya por delante que esto no cambia que el trabajo de Pedro Martínez es espectacular y ahí están los resultados que lo avalan desde su llegada. Yo creo que ha demostrado sobradamente que es un entrenador de primerísimo nivel. Lo hizo el año pasado en Valencia y ahora en Vitoria. Una cosa no quita la otra. Yo creo que él ha dado forma a un proyecto, ha conseguido que jugadores que tal vez no estaban en su mejor nivel hayan dado un enorme paso adelante, que el engranaje del equipo funcione perfectamente a día de hoy y que todo el mundo sepa su rol y dónde aportar más.

Es una final Baskonia-Real Madrid. Seguro que le viene a la cabeza algún recuerdo fatídico, ¿verdad?

-Siempre lo he dicho. Para mí, esa final y ese partido seguramente es el peor momento que he vivido como jugador profesional. Fue algo que está ahí y va a seguir toda la vida. La gente dijo más tarde que la liga de 2008 había servido para quitarnos una espina, pero en mi caso no lo consiguió. Evidentemente es mi mentalidad y cuando unos años después conseguimos levantar aquel título automáticamente lo que yo pensé es que en mi currículum debería tener tres títulos en lugar de dos. No debería ser así, ya que al final perdimos por nuestros errores. No se trata de quién merecía ganar o perder, pero yo particularmente es algo que no se va a borrar nunca de mi cabeza. Es algo que no quiero darle más vueltas porque, además, me hace daño. Aquel episodio sí me ha servido al menos ahora para una cosa. Trato de enseñárselo a otros compañeros de equipo para que se den cuenta de la importancia que entraña estar mentalizado hasta el último segundo de cualquier partido. Tanto positiva como negativamente, siempre puede ocurrir algo que no esperas.

Después de la tormentosa campaña que ha vivido en Badalona, ¿por dónde pasa su futuro?

-Veremos, aún no lo sé. Tiene poca explicación el milagro del Joventut. Tal y como nos encontrábamos clasificados en la tabla y cómo estaba todo en nuestra contra, es difícil de explicar que hayamos sobrevivido y conseguido lo que conseguimos en el final de temporada, no solo por las victorias sino también por la importancia y el nivel de juego que mostramos. Ha sido impresionante y ojalá unos meses atrás hubiera sabido que todo se iba a arreglar o que la mochila de las derrotas y la presión del descenso me la habría podido quitar. He pasado una campaña muy mala a nivel anímico. En el plano personal, me siento bien. Estoy feliz y quiero seguir jugando a baloncesto, donde sea. Me gustaría seguir aportando y haciendo cosas. Veremos cuáles son las oportunidades que surgen este verano.

Por último, ¿qué mensaje envía a la afición azulgrana en un momento tan trascendental? ¿Sueña con un triunfo del Kirolbet?

-Por descontado, quiero que gane. Pesan más mis años como baskonista que la etapa de Madrid. Está claro que he vivido en Vitoria los mejores años de mi vida. Fueron temporadas donde pude conseguir títulos, disfruté muchísimo y de alguna forma crecí como jugador. Eso me ha permitido tener una buena carrera. Le deseo lo mejor al Baskonia. Como se suele decir, que gane el mejor, pero aunque parezca que para el Real Madrid es un día más en la oficina eso de jugar finales y ganar títulos, estoy seguro de que el Baskonia tendrá sus opciones y que hará valer el factor Buesa. Es una pena que no pueda ir, me hubiese gustado. Seré un aficionado más desde la distancia.