madrid - El Real Madrid viajó con destino al Gran Canaria Arena con el objetivo de recortar hoy (21.00 horas) lo máximo posible el camino hacia una nueva final de Liga Endesa, tras el concluyente 2-0 conseguido ante el Herbalife, pese al crecimiento experimentado por el equipo de Luis Casimiro.

El Madrid de Pablo Laso no ha jugado un baloncesto de gran calidad en los dos primeros choques de semifinales; en el primero le bastó la aportación de Edy Tavares y Jaycee Carroll para vencer con contundencia y en el segundo un par de tirones en el marcador y una buena defensa en el último cuarto fueron suficientes. La profundidad de banquillo del entrenador vitoriano parece no tener límites y, como ha pasado a lo largo de casi toda la campaña, basta con que un par de jugadores estén entonados para, con un mínimo apoyo del resto, conseguir una victoria relativamente cómoda.

Solo en momentos determinados, cuando las cosas se ponen feas, el Real Madrid despliega todo su poder defensivo, ahogando el ataque rival, y consiguiendo parciales muy desequilibrantes a su favor. En el resto de jornadas todo se deja en manos del ingente arsenal de puntos que atesoran todos los jugadores. Si no es uno será otro el que los meta y, si no, siempre estará el incisivo Sergio Llull.

La sorprendente ausencia del Valencia en la semifinal descolocó un tanto a los madridistas, que han visto cómo el correoso combinado isleño creció en el segundo compromiso y les puso las cosas difíciles hasta que los blancos decidieron sacar a relucir su trabajo defensivo. - Efe