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Soluciones en balde. Lo intentó todo para revertir un panorama preocupante. Dio espacio en la dirección a Vildoza para desplazar a Granger al puesto de ‘dos’ y en las postrimerías llegó a simultanear la presencia de Shengelia y Jones, además de colocar a Timma como falso ‘cuatro’. El técnico catalán también relegó al ostracismo a Garino -dado de baja ayer en la ACB- e Ilimane.
vitoria - Gravísimo paso atrás de un Baskonia que, a medida que avanza la temporada, emite unas sensaciones cada vez más preocupantes y cuya deriva le lleva ya a tropezar el día más inesperado y ante el oponente más propicio. Las matemáticas y un calendario favorable aún permiten seguir alimentando el sueño del Top 8, pero el lenguaje corporal, el controvertido baloncesto y la inconsistencia del equipo vitoriano no invitan al optimismo. Mucho deberá remar durante las próximas semanas para revertir un panorama inquietante agravado ayer contra todo pronóstico por el Armani, dominador de cabo a rabo hasta su ataque de vértigo en el epílogo.
El corazón y la épica no bastaron, de ahí que la frustración se apoderara de un Buesa Arena cuyo efecto intimidador sobre el visitante y el arbitraje resultó, a la postre, insuficiente. A remolque de un adversario desahuciado cuyos exteriores causaron un estropicio ante la pasividad local, el Baskonia terminó devorado por sus propios deméritos y unos errores de bulto. Si el miércoles se vio ajusticiado por el letal puñal de Rudy, ayer fue Theodore quien agravó sus urgencias continentales con una plácida bandeja a falta de seis segundos que careció de réplica a renglón seguido.
Restaba todavía tiempo suficiente para obrar el milagro, pero el destino volvió a ser cruel nuevamente con Shengelia. Timma sacó de fondo y buscó el alley oop para el georgiano, al que el aro le negó la gloria sobre la bocina en una posición inmejorable. Cruz en otro final a cara de perro que, sin embargo, sonó a música celestial para un Baskonia al borde del colapso mediado el último cuarto (59-72).
Con todas sus imperfecciones, la tropa alavesa se agarró con fuerza a una velada torcida desde el arranque. Con más corazón que cabeza, ultradependiente del tiro exterior, un abuso desmedido del pick and roll e incapaz otra vez de minimizar su elevado número de pérdidas, pintaban bastos. No obstante, llegó una última oportunidad para la redención gracias a Beaubois. El francés se sacó tres conejos de la chistera que prendieron la mecha de la ilusión en la grada. Una asistencia a Shengelia, un posterior triple y otra inverosímil bandeja devolvieron la delantera en el marcador (82-81).
En una decisión controvertida por parte de Pedro Martínez, el Baskonia jugó a defender la última posesión y el tiro le salió por la culata. Goudelock dobló el balón a Theodore, que dejó atrás a Vildoza con pasmosa facilidad y anotó sin oposición. Una canasta demasiado sencilla que sintetizó lo que ayer fue el Baskonia: un colectivo extremadamente blando y reo de su ansiedad que siempre fue un paso por detrás del Armani. Todas las soluciones puestas en práctica por Pedro Martínez -Granger desplazado al dos para dar espacio a Vildoza, Shengelia y Jones juntos en la parte final ante la nula respuesta de Voigtmann y Poirier, Timma ejerciendo como falso cuatro y ostracismo de Garino e Ilimane- no sirvieron para arreglar el desaguisado.
numerosas vías de agua Con Huertas como sorprendente timonel de inicio al poco de haber sido dado de baja en la ACB para la final ante el Betis, el Baskonia estuvo a merced de los lombardos durante ciertos tramos de la primera mitad. Su defensa de perímetro naufragó por completo ante la excelsa calidad de los exteriores de Pianigiani. El discutido brasileño sufrió los primeros agobios ante el vértigo de Teodore, Timma apenas incomodó los tiros abiertos de Micov y Beaubois no halló antídotos ante la conocida pegada de Goudelock. Para colmo de males, Kuzminskas abrió unas inesperadas vías de agua desde la novedosa demarcación de cuatro.
Tan blando se mostró el anfitrión que ni siquiera consumió faltas en su intento de endurecer una velada propicia para que el Armani luciera el talento inagotable que anida en su plantilla. Si atrás fue una comparsa con un listón físico irrisorio, en la ofensiva no hubo que celebrar grandes noticias. Solo el descaro de Vildoza y la eficacia de Voigtmann evitaron que el Baskonia se retirara al intermedio con una desventaja casi definitiva. Los minutos posteriores discurrieron por unos cauces similares con una tropa alavesa empeñada en desaprovechar ocasiones de meterse en el encuentro con una pésima lectura del juego. Tras hacer lo más difícil, llegó la ducha de agua fría en el peor momento por culpa de Theodore y el Top 8 se pone cada vez más caro.
Ni rigor ni defensa. El Baskonia se mostró inoperante a más no poder para reducir a los letales exteriores del Armani, sobre todo Theodore y Goudelock. Su pasividad atrás y sus lagunas en ataque, traducidas en numerosas pérdidas, le dejaron al borde del colapso hasta mediado el último cuarto (59-72).
Cruz al final. Los vitorianos se agarraron al partido con más corazón que cabeza, aunque fue Beaubois quien pudo obrar el milagro gracias a cinco puntos consecutivos. Con 82-81 a su favor, Theodore anotó una canasta muy sencilla y el posterior ‘alley oop’ entre Timma y Toko se escapó por centímetros.
Se sacó varios conejos de la chistera en la recta final para que el Baskonia soñara con la victoria. Mala defensa a Goudelock en muchas fases e incesantes pérdidas de balón.