Pese a la jerarquía de un Baskonia convertido desde tiempos inmemoriales en una sólida alternativa de poder en todos los frentes, hubo un tiempo en que los derbis vascos solían ser calientes, tensos y al filo de la navaja. Sobre todo, estaban presididos por un cierto equilibrio de fuerzas y no faltaban tampoco los brotes de dureza para encrespar más si cabe el ambiente. Los continuos roces entre algunos jugadores -están en boca de todo el mundo y ni siquiera es necesario nombrarlos- también añadían buenas dosis de morbo y picante. Pues bien, al conjunto vitoriano le separa hoy en día un mundo de sus vecinos del Bilbao Basket, el melancólico visitante que aterriza esta tarde en un Buesa Arena preparado para albergar el duelo de rivalidad regional más descafeinado que se recuerda en mucho tiempo.
La anterior afirmación no solo se deriva de las desiguales trayectorias rubricadas por dos equipos como el día y la noche en los últimos tiempos, sino también por las sorprendentes declaraciones del flamante técnico visitante. Antes de comparecer en la cancha ubicada en Zurbano, el croata Veljko Mrsic -el inquilino desde hace dos semanas del banquillo vizcaíno en sustitución de Carles Durán- ha calificado una posible victoria de sus discípulos en Vitoria como un milagro dadas sus precarias circunstancias actuales.
Baskonia y Bilbao Basket se hallan en las antípodas en cualquier aspecto del juego y todo lo que no sea un rotundo triunfo local constituiría una sorpresa monumental. Mientras el azulgrana es un equipo en franca progresión y al alza desde que el salvador Pedro Martínez asumiese las riendas a finales de octubre, los hombres de negro están viviendo una temporada tormentosa en la que, a lo sumo, ya solo aspiran a la permanencia.
Tras su bochornosa derrota de la semana pasada ante el San Pablo Burgos, la amenaza del descenso ya es una realidad para un conjunto destruido, en estado depresivo y con la autoestima por los suelos que se desangra a un ritmo centelleante. Ni siquiera el reciente cambio de técnico ha insuflado algo de optimismo y savia fresca a este desangelado Bilbao Basket, que totaliza cuatro derrotas seguidas en la ACB y seis en la Eurocup, la última de ellas hace tres días ante el Limoges.
En el que supondrá el cuarto partido consecutivo en el Buesa Arena, el Baskonia se dispone a hurgar en la herida de su acérrimo rival para deleite de la afición y dar otro paso en la búsqueda de una plaza para la próxima edición de la Copa del Rey prevista en el Gran Canaria Arena. Antes del salto inicial, el viento sopla de cara a la hora de rubricar un éxito que consolide a los de Pedro Martínez en la zona noble de la clasifcación. Sin embargo, no es menos cierto que convendrá erradicar cualquier atisbo de relajación y sobreponerse al cansancio del duelo continental ante el Unicaja.
precedentes favorables Antes de afrontar un exigente tramo del calendario con salidas a Andorra y Murcia, o la llegada al Buesa de dos cocos como el Real Madrid y el Valencia Basket, los vitorianos necesitan confirmar el favoritsmo que se le concede hasta en la acera de enfrente. De imponerse la lógica, sería la quinta victoria consecutiva tras las selladas frente al Unicaja, Joventut, Burgos y Obradoiro, algo que ha dejado a tiro de piedra ya el obligatorio billete para la Copa.
Los precedentes también alimentan el uno fijo en la quiniela. La cancha de Zurbano, tradicionalmente hostil para jugadores en la diana como Álex Mumbrú y Axel Hervelle, se le da especialmente mal al Bilbao Basket, que solo ha ganado en una de las quince visitas ligueras que ha cursado al Baskonia. De eso hace ya 10 años, concretamente el 2 de diciembre de 2007 cuando Neven Spahija era el técnico local.
En las filas visitantes, causará baja su base y jugador más importante Jonathan Tabu, mientras que Pedro Martínez seguirá una jornada más sin el concurso de Garino, Ilimane y Mcrae. Tres ausencias que no han frenado la voracidad de la locomotora azulgrana, que transita a toda velocidad si se exceptua el jarro de agua fría vivido ante un adversario en otra dimensión como el Fenerbahce de Zeljko Obradovic.