vitoria - Muchos ojos estarán puestos esta mañana en sus evoluciones sobre la cancha del Coliseum. El de hoy será un partido especial para Tadas Sedekerskis, el alero propiedad del Baskonia que actúa esta temporada en calidad de cedido en la filas del San Pablo Burgos, un equipo a priori propicio para que el joven lituano presentase sus credenciales como futura estrella azulgrana y donde, sin embargo, está pasando con más pena que gloria hasta la fecha.

Tan solo han transcurrido ocho encuentros oficiales y queda un mundo por delante para salir del anonimato, pero las sensaciones irradiadas por Sedekerskis no están siendo las mejores. Apenas once minutos de media le concede el técnico Diego Epifanio, en los que promedia 1,5 puntos, 3 rebotes y 0,4 asistencias. Y todo ello aderezado con un escaso protagonismo en el apartado ofensivo al haber realizado únicamente doce tiros de campo.

Para tratarse su nuevo destino de un recién ascendido a la Liga ACB donde la competencia es infinitamente inferior al Baskonia, se trata de un papel a todas luces decepcionante y que genera una honda preocupación en las altas esferas del Buesa Arena. Mucho más si se compara, sin ir más lejos, con Rinalds Malmanis, otro canterano que, pese a su escasa experiencia en la élite, está resultando de la máxima utilidad para Pedro Martínez ante la ausencia de un cuatro que complemente a Toko Shengelia.

Nadie duda de que el tres nacido en Nida, reclutado hace años para las categorías inferiores del club vitoriano, se halla ante una campaña fundamental para su desarrollo como baloncestista. Si quiere tener cabida en los sucesivos proyectos de Josean Querejeta como un exterior de peso en las rotaciones, está obligado a dar varios pasos al frente y brillar con luz propia en un conjunto como el burgalés que debería casar como anillo al dedo de cara a su crecimiento.

De momento, sus oportunidades están siendo contadas y, cuando las ha tenido, tampoco las ha aprovechado. En la primera y única victoria del San Pablo este curso, concretamente el pasado fin de semana ante el UCAM Murcia, ni siquiera lanzó a canasta en 14 minutos. Un compatriota suyo como Deividas Gailius se muestra mucho más consistente en su demarcación, sin obviar que el técnico Diego Epifanio también dispone para los puestos de perímetro del consumado triplista Edu Martínez, Javi Vega o Álex Barrera.

elogios a su equipo Después de que el pasado verano exigiera una cesión para renovar hasta el 2022 su compromiso con el Baskonia, que en primera instancia expiraba este próximo 30 de junio, Sedekerskis anhela la continuidad que necesita cualquier chico de apenas 19 años. La pasada campaña no evolucionó todo lo esperado a las órdenes de Sito Alonso y la cúpula del Buesa Arena terminó plegándose a sus exigencias y viendo con buenos ojos un préstamo pese a que su marcha implicaba bien avanzado el mercado estival la pérdida de un jugador de formación. En su lugar aterrizó en Vitoria Iván Martínez, un escolta de relleno que no va a disponer de excesivas oportunidades.

“Cada día estoy mejorando. Con mucha paciencia estoy convencido de que todo llegará, tanto para mí como para el equipo”, reconoce Tadas, esperanzado en que este partido ante su equipo suponga un punto de inflexión en su discreta trayectoria en tierras castellanas.

“Perder siete partidos seguidos es duro, sin confianza es complicado ganar. Desde el día contra el Real Madrid, vamos dando pasos hacia adelante. Necesitamos estar más tranquilos. A ver si podemos ganar aquí al Baskonia. Ellos llegarán algo cansados tras dos encuentros en la Euroliga. Con el apoyo de nuestra afición será posible derrotarles, aunque es un equipo del máximo nivel y con grandes jugadores. Poseen muchísimo talento, dos bases con gran experiencia y luego Shengelia está jugando de manera increíble. Habrá que hacer un trabajo perfecto y no equivocarnos si queremos tener opciones”, reconoce.

Pese a que a nivel deportivo no está respondiendo a las elevadas expectativas, el lituano no se arrepiente de haber tomado la decisión de recalar en un modesto de la ACB. “Sabía que el Burgos tenía una gran afición, pero no esperaba esto. El pabellón siempre está lleno y nos apoyan hasta el final pase lo que pase. Nosotros lo vamos a dar todo, las cosas podrán ir mejor o peor, pero lucharemos hasta el final y con este aliento lograremos cosas bonitas”, augura Sedekerskis, con un plus de motivación hoy para exhibirse ante el equipo donde espera echar raíces en los próximos años.