vitoria -Desde el momento en el que comenzaron a tomar fuerza los rumores de que Shane Larkin o Adam Hanga podrían acabar en el Barcelona, una mezcla de resignación y casi mofa afloró en los aficionados baskonistas. Porque antecedentes sobre jugadores azulgranas que ponen rumbo al club catalán hay muchos y muy variados. Es una cantinela que se repite prácticamente cada verano. En esta ocasión, además, con el añadido de Sito Alonso, que se une a Manel Comas y a Dusko Ivanovic como técnicos que pasaron del Baskonia al Barcelona. Shane Larkin también estuvo cerca de llegar a ser jugador azulgrana, aunque finalmente se decantó por los icónicos Celtics de la NBA. No obstante, es Adam Hanga quien finalmente jugará en la entidad catalana -estuvo a punto de irse el pasado verano, pero la operación se frustró por los intereses encontrados de demasiadas partes que ahora han vuelto a salir a escena para tergiversar todo el proceso-, que pagará al Baskonia por los servicios del húngaro dado que estos últimos igualaron la oferta del tanteo. De nuevo se repite la conexión entre clubes más prolífica del baloncesto continental, aunque esta vez con más tiranteces que de costumbre. El mismo jugador estuvo cerca de irse al Barcelona el añopasado en un traspaso que incluso podría haber incluido a algún futbolista de por medio. Una posibilidad que no es del todo descartable en la operación de este año.

Pese a los roces actuales, las relaciones entre ambos clubes han son bastante cordiales, teniendo en cuenta la gran cantidad de operaciones que han realizado en los últimos años. Sobre todo con jugadores partiendo desde Vitoria hacia Barcelona; algo que no ha ocurrido ni de lejos con tanta frecuencia en el sentido contrario. Por ello, la cantinela de todos los veranos adquiere ya tintes sarcásticos entre los aficionados azulgranas, que bromeaban las últimas semanas en Twitter respecto a que los culés también habían presentado una oferta por la mascota Aker.

Bromas aparte, el último jugador del Baskonia en cambiar la elástica azulgrana por la blaugrana sin pasar por ningún otro equipo entre medias fue Tibor Pleiss. El alemán estaba destinado a ser el nuevo interior referente del Baskonia, pero en cuanto comenzó a explotar fue traspasado al Barcelona al finalizar la temporada 2013-14. Pleiss estuvo una temporada en el Palau antes de dar el salto a la NBA.

Allí coincidió con otros tres jugadores con muy reciente pasado azulgrana: Marcelinho Huertas (ahora baskonista de nuevo), Maciej Lampe y Brad Oleson. El primero se ganó enseguida a la afición vitoriana, huérfana de un director de juego carismático, y resultó clave en la liga de 2010. Permaneció un año más en el Baskonia antes de que también fuera traspasado al Barcelona con el papel de sustituir a Ricky Rubio, en el verano de 2011. A cambio, los culés engordaron las arcas de Zurbano, pagando dos millones por el brasileño.

póquer exbaskonista Un caso mucho más atípico fue el de Brad Oleson. El de Alaska fue traspasado al Barcelona en plena temporada dada la alta cuantía de su ficha, en ese momento inasumible para la entidad alavesa. El movimiento, que no caló precisamente en la afición baskonista, se produjo prácticamente en la previa de la Copa del Rey de 2013, que para colmo ganó su nuevo equipo. Además, como consecuencia de esta operación, David Jelinek acabó en las filas del Baskonia. Otro joven escolta que nunca llegó a explotar en el Buesa

La marcha de Oleson no gustó en Vitoria, pero n se puede decir lo mismo de la de Maciej Lampe. El interior polaco no casó con la filosofía imperante en Zurbano tras un curso y medio. En 2013 puso rumbo a la Ciudad Condal, también a cambio de dinero. Se juntaron así en la temporada 2014-15 con cuatro exbaskonistas en el equipo; todo un póquer.

No hay que remontarse mucho más para encontrar otro nuevo caso en esta sangría de operaciones. Otro de los activos más valiosos del Baskonia en su momento, Pete Mickeal, también cambió de camiseta tras perder la final contra los culés, aunque esta vez fue el propio alero quien no quiso renovar.

Hay que remontarse a Roko Leni Ukic para encontrar el último jugador en lo que va de siglo. El croata, eterna promesa, no se ganó la confianza de Dusko Ivanovic y decidió probar suerte con los catalanes en 2006, donde casualmente también coincidió con el técnico montenegrino, sin mucho más éxito.

Pero el pionero de toda esta red de mercado no fue otro que el añorado Ramón Rivas, uno de los principales ídolos del antiguo pabellón Araba en los 90. El puertorriqueño se vio tentado por el gigante catalán en 1996, pero no llegó a rendir como en Vitoria cuando ya se acercaba el final de su carrera. Solo estuvo una temporada en el Barcelona. Un año más tarde llegarían prácticamente de la mano Manel Comas y Marcelo Nicola, que había estado cedido al Panathinaikos y fue traspasado al Palau por preferencia del difunto técnico.

Las relaciones contractuales entre Barcelona y Baskonia tienen dos décadas de antigüedad, con hasta diez jugadores y tres técnicos implicados, tras añadir a Adam Hanga y a Sito Alonso a la lista.