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Ejercicio de practicidad. El técnico madrileño optó de inicio por Blazic y limitó en la primera parte los minutos de Beaubois, muy mejorado ayer en Miribilla. Utilizó en varios momentos a dos bases y también extrajo petróleo de su apuesta por Laprovittola al inicio del último cuarto. Sin la espectacularidad ni brillantez de otros días, el Baskonia cumplió sobradamente los deberes en Bilbao.
Salvo hecatombe en la última jornada, el Baskonia accederá a las series finales por el título con la etiqueta de cabeza de serie. No pudo sellar ayer su objetivo de forma matemática porque el Unicaja también hizo sus deberes en Murcia, pero este domingo hará realidad su objetivo doblegando en el Buesa Arena a un modesto visitante como el Fuenlabrada. De no mediar un tropiezo del Barcelona, quedará entonces servido un áspero enfrentamiento en el play off de cuartos de final ante los malagueños, recientes verdugos en Zurbano y sumidos en un gran estado de forma desde la conquista de la Eurocup.
En un derbi soporífero, trabado y feo a más no poder que invitó al bostezo y en el que la parroquia bilbaína mostró a Sito Alonso todo su resquemor con una buena ración de música de viento, el Baskonia dio la puntilla en el último cuarto a un anfitrión justo de gasolina y pudo asaltar con merecimiento el recinto vizcaíno cuatro años después. Sin la brillantez ni la clarividencia soñadas y también con una versión descafeinada de Larkin, pero lo suficientemente aplicado en labores de intendencia y varios peldaños por encima en el plano físico, la tropa alavesa reivindicó su supremacía. Eso sí, no disipó todas las dudas de cara a la futura pelea con escuadras de más pedigrí e hizo lo justito para someter a un Bilbao Basket con carencias sangrantes que estuvo a punto de meterse en la pelea con una simple zona 2-3.
Ni la errática tarjeta de tiro, ni la debilidad a la hora de candar su propio rebote ni la escasa frescura en las filas azulgranas permitieron al anfitrión soñar con un triunfo que prolongara sus escasas esperanzas de ubicarse entre los ocho mejores. Con Mumbrú lejos de su plenitud física, Hervelle más pendiente de provocar que de otra cosa y una plantilla de escaso fuste, el cuadro vizcaíno resistió con cierto decoro hasta mediado el último cuarto. Momento en que el Baskonia se despegó con suma facilidad con algunas destacadas defensas y canastas fáciles al contragolpe.
Fue el de los vitorianos un ejercicio de practicidad, aderezado por los síntomas de recuperación de Beaubois -un cuchillo para la defensa de Durán en determinadas fases de la velada y esta vez comprometido en las labores oscuras con un providencial robo de balón que precedió un mate de Shengelia (62-69)-, los buenos minutos de Laprovittola al inicio del último cuarto y el destajismo a nivel colectivo. Tampoco necesitó el Baskonia grandes alardes para mantener a raya a un rival siempre con la lengua fuera y que acabó derretido por el esfuerzo.
El derbi resultó por momentos dantesco y de ínfima calidad. Afloraron los despropósitos en ambos bandos, los porcentajes dejaron mucho que desear -incluso desde la personal-, brilló por su ausencia un ritmo vivo ante el aluvión de personales y apenas hubo que rescatar florituras. Para colmo de males, Hervelle volvió a poner la nota discordante con sus actitudes pendencieras. La parálisis ofensiva adquirió tintes sangrantes en un segundo cuarto delirante donde el trabajo de fontanería a cargo de Tillie y un par de fogonazos de Rafa Luz permitieron al Baskonia consolidar sus pequeñas ventajas. De inicio, el poderío físico de Eric había ocasionado serios apuros a un nuevamente blando Voigtmann.
Sito sacrificó en la primera parte durante muchos minutos a Beaubois pese a que el galo firmó siete puntos en un corto intervalo de tiempo. Tras el descanso, su figura se agigantó en un escenario menos intimidatorio que en años precedentes. Sin una versión rutilantes de sus primeros espada, el Baskonia supo domar a un anfitrión escaso de pegada y con recursos limitados debido a que su principal pistolero (Bamforth) está fuera de combate. Casi siempre por delante en el marcador, el equipo vitoriano coció a fuego a un anfitrión sin resortes ni aliento en el epílogo. Ayer, fue más veloz, incisivo y sólido. El partido languideció en medio de un incontestable dominio azulgrana. Un planteamiento zonal por parte de Durán dio paso a numerosos errores por parte de los tiradores visitantes, pero la incertidumbre se disipó de un plumazo con un parcial de 2-10. Salvo que el Iberostar profane hoy el Palau, el Baskonia asegurará este domingo un cuarto puesto que sabe a muy poco.
Despegue final. El Bilbao Basket hizo un esfuerzo sobrehumano para seguir la estela de un Baskonia que, sin la brillantes ni clarividencia soñadas, aplicó la estocada en el epílogo aprovechando la escasa gasolina local.
Fontanería eficaz. A falta de acierto exterior y solvencia a la hora de candar su rebote, el conjunto vitoriano se aplicó con esmero atrás para reducir a un anfitrión de recursos limitados y sin continuidad.
Derbi infumable. Miribilla acogió ayer uno de los partidos más descafeinados de los últimos tiempos entre dos equipos que rivalizaron en errores.
Renacido en Miribilla, donde fue un cuchillo para la defensa local y mostró otra actitud más comprometida. Se rehizo tras su pésimo papel ante el Unicaja con una notable actuación.