VITORIA - Sito Alonso se quitó ayer un peso de encima con la victoria del Baskonia ante el Iberostar Tenerife en un encuentro que no se rompió en ningún momento y en el que alabó la capacidad mental de su equipo para sobreponerse cada vez que el cuadro canario se acercaba en el marcador y acabar consiguiendo el pase a semifinales.
“Quiero felicitar al equipo porque ha hecho un trabajo fantástico ante una adversidad grande por las situaciones que genera la Copa, ser el anfitrión, jugar con un rival que está en racha y al que cuesta mucho ganar y porque durante el partido ha habido cinco o seis ocasiones en las que el equipo se iba y Tenerife se volvía a acercar y hemos aguantado muy bien mentalmente. En momentos en los que teníamos faltas personales, la aportación de Luz, la de Ilimane quitando la antideportiva, la de Bargnani incluso sin estar bien físicamente ha dado lo que podía. Ha sido un triunfo grupal muy importante”, destacó.
Tras unos cuantos partidos ofreciendo unas sensaciones muy negativas, el preparador madrileño aplaudió el regreso a una senda de competitividad y compromiso ya conocida pero que parecía olvidada: “Ya lo habíamos hecho y si tú los has hecho y sabes que te da un buen resultado, pues no dejes de hacerlo. Pero todos: el entrenador, el equipo... Luego tenemos nuestros errores, pero... Voigtmann es su primera participación en un torneo importante y teniendo un papel destacado y le he visto nervioso por la presión, lo mismo que Laprovittola. pero han tenido hambre y mucho aguante cuando el equipo contrario se ha puesto cerca. Inmediatamente en el tercer cuarto con la antideportiva y luego otra vez. Lo que peor hemos hecho ha sido no cerrar el rebote bien cuando fallaban, que ha sido la clave para no cerrar antes el partido”.
Sito Alonso destacó tres claves fundamentales en el triunfo: la ambición defensiva, la recuperación de un carácter que parecía perdido y al asunción de cara jugador del rol que se le tenía asignado.
“Lo primero que destaco es que ha habido ambición en defensa de intentar cortar el balón y reemplazarse, sabiendo que el objetivo que buscábamos es que ellos no dieran el pase extra aunque nos costase alguna canasta en penetración. No queríamos que movieron el balón fantástico, que es lo que mejor hacen y donde encuentran sus tiros de tres”, arrancó.
“Lo segundo es la mentalidad porque otros días parecíamos un equipo sin alma. Nos ganaba el Darussafaka de ocho a falta de dieciséis minutos y parecía que era imposible remontar. Eso no puede ser, sobre todo en este club. El alma es fundamental. Para eso hay que sentir y yo no puedo con la gente negativa, me saca de quicio. Ellos han hecho un buen trabajo y no tienen que estar negativos, tienen que estar positivos para reivindicarse en cada acción y lo han estado”, siguió.
“Lo tercero es que la asunción de roles ha sido perfecta. Cada uno tiene el suyo y tiene que entenderlo porque si alguien se va de su rol la cosa se complica. Si uno tiene que jugar dos minutos, tiene que hacerlo; si tiene que defender más que atacar, hay que hacerlo”, cerró.
Por último, el preparador baskonista se refirió a la figura del partido, un Shane Larkin al que considera una de las piezas fundamentales de todo el equipo: “Lo veo cada día y sé que es un jugador fuera de lo normal. Hay que felicitarle por su evolución, no por este partido. No es fácil tomar la decisión de venir a Europa no siendo uno más en la NBA, sino un jugador con minutos. Lo mejor es que no solo anota, además de eso pasa, apoya, defiende... Y cuando no está a ese nivel lo notamos porque es de las personas más importantes del equipo”.