vitoria - Tras cerrar el pasado verano un ciclo de cuatro temporadas en el Unicaja, el espigado pívot nacido en Chantada (Lugo) emprendió un brusco giro en su carrera al aceptar una propuesta de dos temporadas del Iberostar Tenerife, un club ambicioso que contra todo pronóstico se ha convertido en la revelación de la presente edición liguera gracias a un rendimiento espectacular. A sus 33 años y elegido en 2005 en primera ronda del draft con el número 11 por los Magic de Orlando, fue una apuesta personal de Txus Vidorreta para conformar una interesante pareja de cincos junto al fornido griego Georgios Bogris. Este jueves, ambos amenazan al endeble juego interior de un Baskonia donde Bargnani está desaparecido en combate, Ilimane Diop tiene un tobillo maltrecho debido a un esguince de tobillo y Shengelia causará, previsiblemente, baja por culpa de su fisura de peroné.
Restan tres días para el debut copero de su equipo en Vitoria. ¿Cómo llega a este cita el Iberostar?
-Bien. Estamos con los típicos nervios antes de un torneo tan especial. En el equipo hay muchas ganas de disputar la Copa porque esto ha sido un premio para todos. Debemos tratar de ser nosotros mismos y el equipo que hemos sido a lo largo de toda la temporada. Lo malo es que jugamos contra el anfitrión, que va a tener muchas cosas a su favor en el sentido de que si vamos hacia un final ajustado van a contar con un pequeño plus a su favor.
¿Cuál es el secreto de la grandísima campaña que están llevando a cabo?
-Hemos mejorado mucho en defensa con respecto a la pretemporada, en la que no teníamos las ideas muy asimiladas y cometíamos errores. Cuando nos hemos puesto las pilas en este apartado, hemos ido progresando y yendo a más en cada partido. Sabíamos que en ataque teníamos gente con puntos en las manos y con capacidad para desequilibrar, pero nos faltaba endurecernos atrás. Cuando eso ha sucedido, todo ha ido más rodado.
Encima han sido capaces de sobreponerse a las sensibles ausencias en el perímetro de Richotti y Beirán.
-Esto habla bien de nosotros como colectivo. Pese a la primera lesión de Nico, ya fuimos capaces de hacerlo bastante bien y ahora que están los dos fuera también hemos podido sobrellevar la situación, aunque es obvio que somos menos peligrosos sin ellos. Todos hemos intentado dar un paso hacia adelante, especialmente los jugadores del perímetro. Los hombres grandes también hemos debido de aportar nuestro granito de arena para ayudar a los escoltas y aleros.
Ya saben lo que es ganar esta campaña en el Buesa Arena tras un palmeo de Beirán en el último segundo. ¿Les interesa un partido a pocos puntos teniendo en cuenta el mayor talento de los vitorianos?
-Lo que nos interesa es que a ellos les salga el peor partido posible y contener sus virtudes. Sabemos que el Baskonia es un equipo con muchísimo talento y capacidad para irse a 90 puntos con facilidad. El hecho de que sus pívots se abran hacia fuera les hace difíciles de defender. La consigna es estar metidos los cuarenta minutos en el encuentro, hacer nuestro baloncesto y no obsesionarnos con los dígitos del marcador. Está claro que va a ser muy difícil parar a todos sus grandes jugadores, pero la idea es estar más pendientes de ser fieles nosotros a lo que venimos haciendo durante toda la campaña.
¿Cuál fue su primera reacción cuando surgió la bola del Baskonia?
-En la Copa del Rey no te puedes fiar de ningún rival. Lo bueno y atractivo de la Copa es que, a un partido, un día malo te condena y te vas a casa. Hay que asumir que el Baskonia es favorito por ser el anfitrión y el apoyo que dispondrá de su gente, pero si jugamos a nuestro nivel creo que se lo vamos a poner muy difícil.
Su rival viene de perder cinco de los seis últimos encuentros en la Euroliga y se impuso el domingo de forma agónica al Obradoiro. ¿Da moral ver un Baskonia tan dubitativo y frágil en los últimos tiempos?
-Eso puede ser un arma de doble filo. Si vamos pensando que ellos están mal y nos confiamos por esa situación de dudas, seguro que nos van a meter de veinte. Hay que pensar que nos encontraremos al Baskonia más fuerte posible para tratar de sacar lo mejor de nosotros. Sabemos que es un equipo con calidad y también de lo que son capaces porque lo han demostrado.
A nivel individual, ¿quién es su mayor quebradero de cabeza?
-Un poco de todo. Si empiezo a enumerar sus virtudes, no acabo. Larkin y Beaubois son muy explosivos en el uno contra uno, Hanga posee un nivel atlético increíble y sus penetraciones son muy difíciles de parar. Luego, Bargnani y Voigtmann no son cincos puros sino pívots atípicos que están más acostumbrados a moverse lejos del aro. Debemos tratar de adaptarnos a esa forma de jugar con cinco hombres abiertos y que no nos hagan mucho daño.
¿Está sorprendido para mal con el discreto papel de Bargnani?
-Bueno, creo que ha sufrido muchas lesiones. Cuando estás parado tanto tiempo como le ha sucedido a él, entonces cuesta coger el ritmo. La suerte del Baskonia es que Ilimane y Voigtmann han respondido muy bien durante su ausencia. El hecho de que, mientras él ha estado fuera sus compañeros lo hayan hecho fenomenal, ha podido influir en su ánimo y dejarle algo tocado. No le queda otra que seguir trabajando, pero atesora una grandísima calidad.
Hablando ya de usted, ¿qué tal le va la vida en Santa Cruz de Tenerife?
-Bien, bien... El Iberostar estuvo insistiendo durante todo el verano en mi fichaje y me siento muy agradecido por ello. Txus (Vidorreta) me ha dado la oportunidad de seguir disfrutando del baloncesto. Hablando varias veces con él, me convenció para que formara parte de su proyecto. Estoy muy contento con la decisión que tomé en su momento y más ahora con la temporada que estamos haciendo. Me gustaría seguir ayudando al equipo en lo que pueda.
Siendo jugador de formación, a más de uno le puede extrañar que no tuviese cabida en un club de Euroliga o Eurocup. ¿Tuvo ofertas en este sentido de algún club más opulento?
-Hubo cosas por ahí, pero finalmente no fructificaron. Entonces valoré otras opciones y me decanté por el Iberostar. Es otro reto distinto en mi carrera deportiva, pero igual de apasionante. A muchos jugadores les gustan de vez en cuando los estímulos nuevos y en mi caso ha sido así. Sabía que, viendo el crecimiento del club, en Tenerife podría optar a disputar la Copa del Rey o los play off por el título, además de la Basketball Champions League. Mi objetivo era dar ese empujón a nivel personal para que estos objetivos se cumplieran. Estamos bien, pero nadie se esperaba que pudiéramos completar esta temporada.
Alguien como usted con un palmarés tan exitoso, ¿no echa de menos seguir disputando la Euroliga?
-La echo de menos porque enfrentarte a los mejores equipos de Europa siempre es un aliciente, pero la nueva competición de la FIBA también me está resultando atractiva. No la había disputado nunca y me ha sorprendido el nivel, aunque obviamente no se puede comparar con la otra.
Todavía no ha perdido a sus 33 años esa capacidad intimidatoria tan célebre debajo de los tableros. Los rebotes y tapones se mantienen como su seña de identidad. ¿Cómo lo consigue?
-Eso de saltar y coger rebotes cada vez cuesta más (risas). Posiblemente antes punteaba más tiros que ahora. Hablando en serio, me encuentro bien físicamente y a gusto con mi rol. Cuando las cosas van bien a nivel colectivo y las dinámicas son positivas, tú te dedicas solo a jugar y estás contento. Todavía me veo bien y trato de cuidarme para seguir siendo útil a mi equipo, aunque también cuesta más mantenerse al más alto nivel a medida que pasan los años.
Una anécdota para acabar. ¿Se ha arrepentido alguna vez de no recalar en la NBA?
-Nunca lo he hecho. Me he sentido muy a gusto a lo largo de estos años en la ACB. En su momento tuve la oportunidad de ir, pero por razones personales decliné jugar allí. Estaba el tema del lockout por ahí merodeando y no se sabía lo que podía suceder. La posibilidad de tener que estar muchos meses sin jugar no ayudaba. Al final, estoy contento de haberme quedado en España y de seguir a este nivel.