vitoria - Tras un difícil comienzo como nuevo integrante de la nave azulgrana, motivado en gran medida por aquella lesión muscular acaecida en un partido de pretemporada, Rodrigue Beaubois comienza a asentarse como el killer imprescindible que necesita el Baskonia para codearse con los grandes transatlánticos de la ACB y la Euroliga.

Hoy en día no afloran precisamente los anotadores compulsivos en el baloncesto continental y el club azulgrana parece haber dado por fin con la tecla para corregir una de las grandes deficiencias por las que ha malvivido las últimas campañas. Sus plantillas siempre adolecían de un exterior capaz de crearse sus propias canastas y desatascar los ataques pastosos. La sombra de nombres inolvidables en la historia de la entidad del Buesa Arena como Arvydas Macijauskas o Igor Rakocevic ha sido demasiado alargada, pero todo hace indicar que el Baskonia ha conseguido ahora un indudable salto de calidad con la llegada del dos nacido en la isla de Guadalupe.

Ayer quedó patente con su prodigiosa exhibición anotadora dentro del último cuarto y la prórroga. Cuando a otros se les encogió el brazo, Beaubois se sintió como pez en el agua y con una frialdad pasmosa ejecutó al Tecnyconta. Firmó canastas de todos los colores y alejó los nubarrones que se cernían sobre el Buesa Arena.

Con independencia del empujón arbitral para forzar in extremis la prórroga, la segunda remontada azulgrana en apenas tres días llevó la firma de un jugador que sumó la friolera de 17 puntos en el tramo caliente. Con un marcador decantado a favor de los maños (66-75), Beaubois entró en erupción gracias a tres triples consecutivos. Los dos primeros sirvieron para colocar el momentáneo 74-75 y el tercero de ellos estableció el empate a 77.

Con la lengua fuera y consumido por el esfuerzo, Sito Alonso le retiró de la cancha en busca de oxígeno y apostó durante algunos minutos por el ardor defensivo de Blazic. Dio entonces la impresión de que su muñeca caliente se enfriaría por completo. De hecho, estrelló otro triple contra el tablero con 83-87 cuyo rebote, afortunadamente, fue a parar a las manos de Tillie.

Sin embargo, en la prórroga volvió a resurgir con fuerza para dar la puntilla a un Tecnyconta entregado física y mentalmente. Su repertorio ofensivo se vio aderezado por varias penetraciones de manual y otro tiro angulado justo en el crepúsculo de la confrontación que fijó el definitivo 101-92. De sus 22 puntos totales, diecisiete llegaron en el tramo caliente.

Justo en una jornada donde su puesta en escena resultó desalentadora con varios desaciertos sonados desde la larga distancia -en algunos de sus tiros ni siquiera tocó el aro ante la incredulidad de la grada-, Beaubois terminó erigido en el héroe de una victoria milagrosa que durante muchos minutos estuvo en tela de juicio ante las facilidades otorgadas en defensa y el rebote.

Una buena inyección de confianza para un exterior que ante el Brose Baskets ya dejó destellos de que ve el aro como una piscina actuando como dos. Aunque puede dar minutos de oxígeno a Larkin ante las dudas que despierta el rendimiento de Rafa Luz, es la posición donde el Baskonia ya es consciente de que tiene un filón a poco a que adquiera algo más de rodaje y un tono físico ideal para aprovechar la explosividad de sus piernas.