VITORIA - El Baskonia afronta el primer duelo a domicilio de la nueva Euroliga con la visita (19.00 horas) a un clásico de la competición continental como es el Zalgiris de Kaunas. Los de Sito Alonso arrancan con este desplazamiento la locura de viajes y partidos que les va a perseguir hasta el mes de abril. La plantilla viajó en charter ayer hasta Kaunas y mañana volarán rumbo a Barcelona para velar armas ente la visita dominical al Joventut. De nuevo viaja el plantel vitoriano con la ausencia de Rodrigue Beaubois que sigue mejorando de su rotura de fibras en la pierna izquierda, aunque todavía no entrena junto al resto de compañero. Si podrá contar el técnico azulgrana con Kim Tillie que ya regresó a la competición el domingo ante el Andorra y jugará en Kaunas sus primeros minutos europeos. Con su retorno se gana una rotación más en la posición de ala-pívot para dar descanso a un Tornike Shengelia que ha comenzado a un nivel arrollador.

Amarrado el triunfo inaugual hace una semana ante el Anadolu Efes los de Sito Alonso inician la larga serie de desplazamientos en busca de arañar los triunfos necesarios que, unidos a las victorias en el Buesa Arena como local, permitan remar hacia la clasificación entre los ocho mejores. Será un duro examen en una cancha en la que se vive el baloncesto al más alto nivel y el Zalgiris es un emblema nacional de Lituania, respaldado por su brillante y glorioso pasado. Llegan además los bálticos lastrados por el tropiezo en el estreno en la cancha del Panathinaikos y con la motivación añadida de dar la primera alegría continental a su afición que siempre anima y empuja desde las gradas del rebosante Zalgirio Arena. “Hicieron un muy buen partido en Atenas y por pequeños detalles no se llevaron el triunfo”, remarcó ayer Sito Alonso antes de emprender el viaje a Lituania. Advirtió el madrileño la prueba que va a suponer esta “primera experiencia” lejos de Vitoria y sin el fervor de las gradas del Buesa Arena para jugadores que debutan en la competición y que van a disputar su primer duelo como visitantes. “Es una buena prueba para ver cómo estamos a nivel grupal”, insistió. Ante ellos se van a topar con el “ritmo y buen proyecto de jugadores y equipo” que tiene este curso el conjunto báltico al que se le nota ya la “complicidad y química” de tener más compenetración que hace un año y bajo la batuta de un buen técnico como el emblemático Sarunas Jasikevicius.