Poco a poco, el baskonismo continúa tiñendo de azul y grana las calles de Berlín. Si el pasado miércoles desembarcó en la capital alemana el primero de los tercios baskonistas en la misma nave que viajaban el equipo, la directiva, los patrocinadores y los diferentes medios de comunicación, ayer el ejército azulgrana aumentó su número de efectivos desde Foronda con otras dos remesas que elevan a estas alturas, y siempre según las estimaciones del propio club, a casi un millar los aficionados que esta noche acompañarán al equipo en el majestuoso Mercedes Benz Arena -con capacidad para 16.000 espectadores-, donde la afición local, es decir, la del Fernerbaçe, será mayoritaria. Y es que a pesar de no haber datos oficiales al respecto, las primeras estimaciones hablan de que la escuadra de Obradovic podría contar hoy con el apoyo de cerca de 7.000 aficionados turcos -no hay que olvidar que esta comunidad en Alemania es la más numerosa con 3,5 millones de turcos-, lo que sitúa una vez más a las hordas del baskonismo en una clara inferioridad numérica en la que, sin embargo, siempre ha sabido moverse con habilidad y valentía. “Esto es algo parecido a lo que esta temporada está haciendo el equipo, que aún con mil problemas se está revolviendo y dando la talla ante los más poderosos”, recordaba ayer un aficionado a pie del avión. “Seguro que seremos menos en cuanto a número pero a ilusión, como siempre, no nos va a ganar nadie”, añadía un colega suyo bufanda en mano.
El resto del contingente que no pudo partir de Vitoria, principalmente los más jóvenes y con menos poder adquisitivo, se buscó la vida por otros medios. Los menos se atrevieron con la clásica paliza en coche y la estancia en alguno de los múltiples albergues de la capital berlinesa, mientras que los que optaron por el avión aunque a un precio más competitivo se las ingeniaron para ligar escalas y terminales, una detrás de otra, hasta llegar a Berlín. Así, los hubo que salieron de Bilbao con destino Munich y de ahí a la capital; los que embarcaron en Barcelona e hicieron vuelo directo; o quienes partieron desde Madrid para hacer escala en Bruselas y desde ahí poner rumbo a la Final Four. Sea cual fuera el proyecto de viaje, las llegadas se fueron produciendo de manera escalonada a lo largo del día.
Entre ellas estuvo la de la fanfarre Biotzatarrak, con el sempiterno Lagartijo y compañía, un clásico en todas las finales del Baskonia, que para el filo del mediodía ya estaba metiendo el ritmo en el cuerpo en los aledaños de la Alexanderpltaz. Y eso que no estaban todos porque varios miembros de la banda, haciendo encaje de bolillos, tendrán que apurar hoy hasta el último minuto para llegar a tiempo al pabellón. Tocará madrugón, viaje a Loiu y de allí hasta Barcelona para llegar al “mogollón” al filo de las tres de la tarde. “Son cosas del trabajo o enlaces matrimoniales de algún familiar”, advertía ayer con cierta ironía un miembro de la txaranga baskonista.