fuenlabrada - Cuando Perasovic le envió al banco, tanto a él como a Bourousis, al banquillo con todo sentenciado a falta de dos minutos para la conclusión de la matinal, Adams se rebeló. No le apetecía descansar y, por ello, mantuvo un pequeño intercambio de palabras con el croata. Por entonces, el base estadounidense acumulaba la friolera de 39 puntos, pero su cuerpo le pedía más marcha. Sabía que estaba ante una oportunidad histórica de alcanzar la barrera de los 40 y trató de que su técnico le devolviera a la pista.

Pues bien, sus deseos se hicieron realidad al retornar de inmediato en busca de más gloria. A renglón seguido, Adams cumplió su propósito tras una sencilla canasta previa asistencia de James. Fue la guinda a la actuación más salvaje que se le recuerda al eléctrico timonel nacido en Illinois, ahora mismo el hombre de moda en el baloncesto europeo, por el que suspira desde hace meses el gran tiburón de los agentes europeos -Misko Raznatovic- para hacerle de oro y cuya cotización en el mercado alcanza ya unas cifras mareantes que harán prácticamente inviable su continuidad en Vitoria. Acaba contrato en junio y esta semana ya han surgido los primeros rumores alrededor de su figura con un presunto interés del Real Madrid. Será, con seguridad, el primero de muchos.

Tras su aguijonazo del pasado martes al Panathinaikos en el OAKA que ya le colocó en boca de todo el mundo, Adams prolongó ayer su pletórico estado de forma. Para el recuerdo quedará un primer cuarto antológico en el que destrozó al Fuenlabrada con 25 puntos y unos porcentajes de escándalo (6 de 6 en tiros de dos, 4 de 6 en triples y 1 de 1 desde la personal). El suyo fue un asombroso concierto ofensivo que incluyó canastas de todos los colores ante un anfitrión absolutamente impotente para frenar sus evoluciones.

Obviamente bajaría el ritmo a continuación y cedería el protagonismo a otros compañeros, pero aun así Adams terminó con una estadística espectacular que le ayudó a romper varios hitos. Con sus 41 puntos finales, se convirtió ayer en el tercer jugador en llegar a la barrera de los 40 en la última década tras otro exbaskonista Gerald Fitch (41 en 2009) y Jacob Pullen (42 en 2014). Su exhibición de recursos le mantiene ya como el único baloncestista en activo de la Liga Endesa en llegar a este registro anotado en la competición. Los 34 puntos de su rival de ayer, Jonathan Tabu, en Andorra, que habían supuesto la mejor marca anotadora de este curso, quedaron pulverizados de largo por Adams, un volcán en erupción que anotó todos los puntos visitantes del primer cuarto con excepción de una canasta de Blazic y un triple de Bertans.

Otro dato reflejado ayer por la web de la ACB es que hacía 25 años que un jugador del Laboral Kutxa no anotaba 41 puntos. Fue precisamente Joe Arlauckas, de visita en Vitoria esta pasada semana, quien lo logró por última vez en 1991. Luis Scola se quedó en 40 en 2002, de ahí la dimensión de la hazaña de Adams.

41

Tabu, base del Fuenlabrada, ostentaba hasta ayer la mejor marca anotadora de la presente temporada gracias a sus 34 puntos en Andorra, pero Adams pulverizó de largo ese registro.