vitoria - Con un buen talonario siempre es más fácil encontrar mirlos blancos que ayuden a suplir cualquier contratiempo en forma de lesión. En vísperas de la Copa, el Barcelona recibió un mazazo con la pérdida de Shane Lawal, el perfecto contrapunto del gélido Ante Tomic al que una rotura del menisco de su rodilla iba a dejarle más de dos meses fuera de combate. Demasiado tiempo como para la secretaría técnica culé encabezada por Joan Creus se quedara de brazos cruzados y no acudiese al mercado en busca de un recambio de garantías.
Si una sanción de la FIBA por la deuda con Walter Hodge ha impedido al Baskonia sobreponerse a la dolorosa ausencia de Shengelia, el Barcelona activó con rapidez la búsqueda de una solución que ya le era conocida y también le traía buenos recuerdos. No en vano, el escogido para tomar el testigo al nigeriano se convirtió en uno de los artífices del título liguero de los catalanes en la temporada 2013-14.
Previo pago de una indemnización al Galatasaray, su club de origen donde mantuvo una relación de lo más tensa con su técnico Ergin Ataman y al que criticó públicamente tras, supuestamente, ser obligado a entrenar estando enfermo, Joey Dorsey pasó a disposición de Xavi Pascual como el revulsivo a la hora de remontar el vuelo en un irregular Top 16.
Apenas le han bastado al exbaskonista cuatro partidos para meterse al público del Palau en el bolsillo y proporcionar otro aire al juego interior del Barcelona, en tela de juicio por el precario estado de Tomic y la raquítica aportación de Samuels. Como pudieron comprobar los aficionados del Baskonia en los albores del curso 2011-12, Dorsey no es ningún estilista que vaya a solucionar un partido a golpe de talento. Incluso se diría que es un aliado para los rivales cada vez que debe acudir a la línea del tiro libre debido a su mano de madera.
Sin embargo, es difícil encontrar hoy en día otro poste que suministre los bautizados como intangibles, esos detalles que nunca aparecen en la estadística pero tremendamente valorados por los técnicos. Ivanovic fue incapaz de extraerle en Vitoria algo de jugo a esta fuerza de la naturaleza nacida en Baltimore, cuya presencia física y corpulencia son imponentes. Protagonista de un debut estelar ante el Olympiacos en el arranque de la segunda vuelta, Dorsey está siendo el clavo ardiendo al que se ha agarrado el Barcelona para disparar su cotización con varias victorias de prestigio.
Con unos promedios de 5,3 puntos, 7,3 rebotes y un tapón en 17 minutos, el estadounidense ha desplazado por completo a un indolente Tomic y se ha erigido en un complemente perfecto para el elegante y también letal Doellman. En definitiva, un ogro que mete miedo y difícil de ser contrarrestado por un juego interior baskonista demasiado huérfano de kilos y músculo en varios de sus componentes.