vitoria - Con sus virtudes y también con sus defectos, nadie duda dentro del mundillo del baloncesto que Darius Adams es uno de los hombres de moda de la presente temporada y que cada vez concita más miradas en todas sus apariciones con el Baskonia a nivel doméstico y continental. La creencia generalizada es que, a punto de cumplir las 27 primaveras, atesora el potencial suficiente como para erigirse a corto plazo en un base dominante a este lado del Atlántico. A poco que corrija esos brotes de individualismo y efectúe progresos a la hora de controlar el tempo de los partidos con esa imprescindible ración de pausa y sangre fría que hoy en día se le resisten más de la cuenta, será un director de juego al que no haría ascos ningún entrenador. Más bien, todo lo contrario apreciado su instinto asesino ante el aro rival.

Su notable rendimiento desde el inicio de la temporada, el hecho de estar en la madurez de su carrera y sus pinceladas de calidad, refrendadas este pasado domingo en el derbi con una actuación descollante ante el Bilbao Basket, hacen del ex del Nancy un jugón de primera magnitud. A pocos meses de que expire su contrato con el Baskonia, que ante la sorpresa generalizada ejerció el pasado verano una cláusula existente en su contrato con el fin de que siguiera esta campaña ataviado con la elástica azulgrana, su continuidad en la capital alavesa se halla repleta de sombras.

Dado el fuerte interés que comienza a despertar el de Illinois en conjuntos con mayor pujanza económica que el Baskonia, no se presentará sencilla la tarea de convencerle a la hora de estampar su firma en una hipotética renovación. Algo que, de momento, tampoco se ha entrado a valorar desde la cúpula del Buesa Arena. Con las manos libre en verano y teniendo en cuenta su revaloración, el jugador es consciente de que tendrá mucho y bueno donde elegir. Incluso está abierta la puerta de la NBA después de su participación en la pasada Liga de Verano con los Nets de Brooklyn.

Adams no sólo se mantiene como un objetivo de lo más apetecible para muchos clubes, sino también para el agente más influyente en el mundo de la canasta. Según ha podido saber este periódico, tanto él como el propio Mike James han recibido ya los cantos de sirena del gran tiburón de los negocios y un consumado maestro tanto a la hora de hacer de oro a sus clientes como relanzar sus carreras deportivas. Se trata de Misko Raznatovic, el hombre que dirige la agencia más importante a nivel europeo y que, de momento sin éxito, aspira a convencer al base baskonista para integrar su ya de por sí rutilante cartera de jugadores.

El serbio ya satisfizo su propósito precisamente con el hombre al que Adams relevó en el Buesa Arena en diciembre de 2014. Tutelado por el jefe de operaciones de Beobasket, Thomas Heurtel desestimó la posibilidad de renovar con el Laboral Kutxa y terminó dando con sus huesos en el Efes, que al menos abonó una indemnización al club azulgrana para hacerse con los servicios del galo. En el caso de Adams, que aterrizó en Vitoria a finales de 2014, su salida no implicaría ningún ingreso para las arcas alavesas.

La confianza brindada por Perasovic ha sido clave para la resurrección de un timonel que firmó un rendimiento decepcionante en los pasados play off por el título. Mientras el Baskonia ejecutó con celeridad la opción para renovar automáticamenta a James, la decisión sobre Adams se hizo de rogar ante la posibilidad de encontrar un jugador con un perfil algo más cerebral. Después de que se frustraran algunas opciones de mercado, el Baskonia le dio un voto de confianza. En la pelea con su compatriota por el puesto de titular, el técnico croata se ha decantado con claridad por el ex del Nancy desde el comienzo del ejercicio. Y, con los lógicos altibajos, lo cierto es que su determinación se ha visto recompensada con creces.