a coruña - Entre los muchos rostros conocidos que se dan cita estos días en el Coliseum A Coruña se encuentra Ferrán Martínez, uno de los mejores pívots con que contó el baloncesto español entre finales de los 80 y la década de los 90. A aquel jugador espigado, de buena mano y grandes fundamentos técnicos le adornan, entre otros títulos, una Euroliga -la conquistada con el Joventut- y siete Ligas ACB. Además de dedicarse a la gestión patrimonial de deportistas de élite, este barcelonés de 47 años ejerce en la actualidad como directivo del Barcelona y es una voz autorizada para hablar de temas de candente actualidad dentro del mundo de la canasta.

¿A qué se dedica hoy en día Ferrán Martínez?

Hago muchas cosas, es una vida totalmente diferente a la de mi época como jugador. Estoy en la comisión deportiva del Barcelona, es como una especie de mini junta directiva que viaja con los jugadores y realiza las tareas de representación del club. Estoy viviendo una Copa más desde otro punto de vista después de mi retirada en 2002.

¿Cómo ha sentado en el Barcelona la eliminación ante Bilbao Basket?

Obviamente ha sido un golpe muy duro. Ya se sabe que equipos como el nuestro están diseñados para ganar todos los títulos. Sabemos también lo difíciles que son las competiciones del K. O., en las que no tienes margen de reacción. Como jugador viví una situación parecida estando en el Barcelona y aquí la clave, como siempre, es demostrar una capacidad de reacción y sacar el carácter que nos permita optar a los dos títulos más grandes.

En cualquier caso, está siendo la de A Coruña una Copa loca donde solo el Real Madrid ha dado evidencias de solidez. ¿Es así?

Sí, por supuesto. Aparte del formato de competición, esta es la grandeza de la Copa. Sabes que puede ocurrir cualquier cosa y esto hace del torneo algo muy especial y emocionante. Por eso, posee tanta repercusión mediática.

¿Qué ha cambiado en el baloncesto desde que usted colgó las botas?

Se ha producido una deriva física evidente. El juego, como cualquier otro deporte, está inmerso en una evolución constante. Si tú miras el fútbol de hace veinte años y el de ahora, tampoco tiene nada que ver. En la actualidad se practica un baloncesto mucho más físico, atlético y de más velocidad. Los jugadores, en general, también son mucho más altos y grandes. El juego es diferente, aunque en realidad la esencia es la misma. La calidad de los baloncestistas es lo que sigue determinando quién conquista los títulos.

Tampoco abundan ya los pívots fajadores debajo de los aros contra los que usted se veía las caras...

Eso es un tópico. Antes no había jugadores que supiesen tirar o por lo que fuera no podían, entonces no podían hacer otra cosa que jugar ahí abajo, poner bloqueos y coger rebotes. Ahora los jugadores son mucho más polivalentes, hacen muchas más cosas y, sobre todo, abren el campo. Creo que la cancha se ha quedado pequeña porque los físicos han cambiado. Hoy en día, no es que los pívots no quieran pegarse ahí abajo, es que no hay espacio. Hoy en día, tampoco se puede jugar con dos postes puros.

¿Qué recomienda entonces?

Bueno... No sé cuál puede ser la solución. Antes se jugaba con dos pívots por dentro, un cuatro y un cinco, y ahora se juega con dos cuatros abiertos por una cuestión de espacio. Es imposible no hacerlo. Hay muchas ayudas, metes un pívot dentro y no puede rascar balón. Entonces, o tiene más recursos el cinco en cuestión o es alguien que queda anulado.

Usted que ha sido interior, ¿cómo explica el fenómeno Bourousis?

Ha encontrado el mejor hábitat posible para desarrollar su juego. También está en un equipo como el Baskonia con muchas posibilidades y ha sabido extraer todo el potencial que lleva dentro. A mí particularmente, me encanta cómo juega el Baskonia porque Perasovic le ha dado muchas variantes. Cuando el griego está en pista, el equipo se adapta a él. Es un jugador que sabe interpretar el papel de un base desde la zona. Sabe actuar de espaldas al aro, pero también es un repartidor de juego. Se puede generar juego de fuera a dentro o de dentro hacia fuera. Es un pívot de los que hay muy pocos en el mercado.

¿Cree que el Baskonia está ya de vuelta visto su magnífico papel de esta temporada?

Es muy difícil estar siempre arriba del todo y hay muchas variables que influyen. Lo importante para mí es que el Laboral Kutxa y Vitoria son un club y una ciudad que viven por y para el baloncesto. La gente es muy entendida y sabe que puede haber rachas mejores o peores, pero el club tiene un estilo y un sello inconfundibles de pelear hasta el último segundo. Lo que admiro del Baskonia es que es un equipo que puede ganar o perder, pero siempre lucha y esto hace disfrutar a la gente. Este año tiene un equipazo. A lo mejor, puede que no con los nombres de antaño, pero como bloque juegan muy sólidos y lo han demostrado ganando a los grandes en la Euroliga y haciendo hasta ahora un Top 16 espectacular.

En los últimos años, se ha producido un trasvase de baloncestistas del Baskonia al Barcelona. ¿Cree que este verano tendrá continuidad?

Bueno... Es verdad que ha habido bastante movimiento, pero igual que del Barcelona a otros equipos. Esto es el mercado de fichajes y cuando se trabaja bien o cuando hay jugadores que explotan en un determinado sitio, los clubes grandes van a a buscarlos. Sobre todo, se da con gente joven o con jugadores que en equipos grandes es más difícil que dispongan de minutos. Entonces en otros lugares donde haya menos presupuesto pueden contar con mejores condiciones para explotar su talento.

¿Es cada vez más difícil que surjan estrellas en el Viejo Continente?

Tenemos el principal competidor de la NBA y es lógico que ellos miren en Europa porque en Estados Unidos no son capaces de generar por sí mismos tantos jugadores. Con tantas franquicias, hay muchos ojeadores pendientes de todo lo que sucede a este lado del Atlántico y tratan de coger lo mejor. En cualquier caso, sigo pensando que en Europa y en España hay un cultura del basket y un estilo propio de jugar que los hace interesantes. Quizás, los jugadores son menos físicos, pero cuando llegan allí se ponen a tope. Aquí hay una buena lectura del juego y se sabe jugar, algo que es muy valorado y gusta a los americanos.

¿Podrán el Baskonia y el Barcelona acceder al Top 8 de la Euroliga?

Ojalá, ojalá... La verdad es que está súper complicado y desde hace varias jornadas cada partido es una final. Nos ha tocado un grupo terrible y se han dado todas las circunstancias para que pase esto. En realidad, nosotros dispusimos de una magnífica oportunidad para ir al otro grupo, pero sufrimos unos tropiezos coincidiendo con una serie de lesiones y otros problemas que nos hicieron bajar un poco el pistón. El que se descuide aquí, se quedará fuera. No hay que pensar más allá del partido del viernes ante el Olympiacos. Ya sabíamos que todos los rivales serían muy peligrosos, entonces vamos a ver qué sucede. Lo positivo es que nos quedan cuatro partidos en el Palau y debemos aprovecharlos. No podemos permitirnos el lujo de tropezar en casa y, además, habrá que ganar alguno fuera.