vitoria - Hace varios lustros ya, una campaña publicitaria de una marca automovilística hizo célebre la expresión JASP (joven aunque sobradamente preparado) para promocionar uno de sus modelos. Con el tiempo, la fórmula terminó sirviendo para definir a toda una generación y hoy vendría al caso perfectamente rescatarla para aplicársela al actual Baskonia. De manera especial, a dos de sus integrantes. En concreto, los encargados de dirigir el juego del equipo en la pista desde la posición de base e imprimir el tempo que más le convenga al grupo en cada situación. Se trata de la pareja compuesta por Darius Adams y Mike James.
En el ojo del huracán prácticamente desde su aterrizaje en Vitoria por su facilidad para alternar actuaciones espectaculares con otras impropias de su categoría, de la mano de Velimir Perasovic parecen haber encontrado la regularidad de la que suelen carecer los pura sangre todavía por domar. Eso ha permitido que el Laboral Kutxa se beneficie de su crecimiento y que igualmente haya aumentado el brillo con el que relucen en el escaparate baloncestístico. Con estos precedentes, llegan a la Copa que arranca hoy para el Baskonia como uno de los grandes focos de atención del conjunto vitoriano. De su nivel de acierto dependerá en gran medida la duración del recorrido azulgrana en el torneo.
Una responsabilidad que podría convertirse en una pesada losa para muchos pero que, en su caso, prototipos del jugador de playground estadounidense con el descaro por bandera, se transforma en un acicate más. Lo mismo que sucede con su inexperiencia en esta competición, en la que todavía no han debutado. Son noveles, pero con una enorme sed de éxito y convencidos de poder obtenerlo. Eso es al menos lo que se desprende de sus palabras.
Su respuesta a si su inexperiencia puede convertirse en un hándicap es tajante. “No. Somos parte de un buen equipo. Esto es baloncesto, se trata de estar concentrado, jugar duro y tenemos un gran equipo, así que no debería ser un problema”, arranca Adams. “No realmente. Si lo piensas son partidos de la ACB, solo que jugados de manera consecutiva. Quiero decir que todos hemos jugado de jóvenes torneos de partidos seguidos en tres días, así que no creo que sea un problema. Solo se trata de estar concentrados y jugar como venimos haciéndolo”, corrobora James.
Dos en vez de uno Ambos son conscientes de su potencial individual pero, sobre todo, de que la pareja que conforman potencia aún más sus cualidades y permite al equipo disfrutar de un nivel muy uniforme en el puesto de base prácticamente durante los cuarenta minutos. Son colegas y se nota. “Solo sé que somos dos jugadores jóvenes con energía y hambre intentando hacer grandes cosas con este club”, apunta Darius. “Creo que ponemos mucha presión en la defensa, los dos somos rápidos, podemos correr, dirigir, presionar? La mayoría de los equipos no tiene dos bases como nosotros sino solo uno y es de lo que realmente podemos sacar una mayor ventaja, que cuando uno está cansado y el otro entra en la cancha también puede hacerlo muy bien y creo que eso funciona”, ratifica Mike.
En definitiva, estos timoneles con muchos mares todavía por navegar, están dispuestos a guiar la nave del Laboral Kutxa con pulso firme hasta un ambicioso destino en A Coruña. “Creo que el Baskonia será campeón el domingo”, espeta Adams con una media sonrisa en los labios y sin el más mínimo atisbo de duda en la mirada. Su complemento en la pista no se queda atrás. “Ese es el plan. No voy a hacer apuestas, pero de eso se trata. Espero pasarlo bien. He hablado con los compañeros y dicen que es un torneo con muchos fans que apoyan mucho. Así que se trata de pasarlo bien, jugar y ver hasta dónde podemos llegar”, añade James con idéntica convicción.