vitoria - “Borrón y cuenta nueva”; “El equipo tiene que levantarse”; o “los resultados no deben enturbiar el buen ritmo del equipo”. Solo tres ejemplos para pulsar el estado de opinión de Baskonia después de sumar el pasado domingo en Miribilla su tercera derrota (consecutiva) de la temporada. Quizá se trate de un borrón en la, hasta la fecha, inmaculada temporada de la escuadra de Perasovic, o quizá sea un toque de atención para evitar que la fuga de agua vaya a mayores. Sea como fuere, las dudas, lógicas, también han saltado al parqué después de un comienzo de curso, como se decía, cargado de solvencia y actitud. Sin embargo esta vez, de momento, hay sustancia a la que poder agarrarse porque si hay algo que puede anestesiar las tres derrotas ante Tenerife, Efes y Dominion ha sido la actitud del equipo hasta el final. Un hambre de victoria que antaño brillaba por su ausencia y que esta temporada le está permitiendo tener siempre una bala en la recámara para luchar por el triunfo. De ahí que en este sentido, las sensaciones inviten al optimismo. Y de ahí también que el equipo, hasta ahora, siempre haya hecho gala de una actitud cargada de tensión positiva en cada partido con independencia de la entidad y cancha del rival. Y ahí sí que el baskonismo, hasta el momento, ha reconocido a sus jugadores, antaño sombras y hoy gladiadores, en la mejor competición continental. A juzgar por lo visto hasta la fecha, existe la percepción de que este equipo resulta mucho más efectivo y mortal en la tensión que en el relajamiento; que su convivencia en el alambre resulta mucho más llevadera y que las situaciones calientes de partido le van bien. Quizá sea esa la gran baza este año de Perasovic, que desde que el equipo se clasificó para el Top 16 parece no haber levantado cabeza en cuanto a resultados. Si a eso se añade el bajón -probablemente físico- del griego Bourousis y la lesión de Fabian Causeur, la merma para este equipo es considerable, a pesar de lo cual, nunca deja de competir. Y ahí está el choque del pasado fin de semana en Bilbao... Por tanto, en este contexto de búsqueda de ese estrés positivo que reactive la ambición de los jugadores, es plausible que mañana en el Buesa ante el Cedevita, la afición sea testigo de la mejor versión de Baskonia esta temporada porque, entre otras cosas, otra vez hay algo en juego. Otra vez presión. Nada menos que dilucidar el puesto que finalmente ocupará en la siguiente fase tras nueve jornadas disputadas. Y es que la escuadra vitoriana puede acabar segunda, tercera o cuarta en virtud de los resultados, un asunto nada baladí del cual dependerán luego el resto de emparejamientos.
A este respecto de la posible relajación del plantel una vez conseguida la clasificación para el Top 16 se refirió ayer Adam Hanga, uno de los jugadores más destacados de este arranque de curso. “Sí, esto puede ser, por eso no es momento de relajarnos ahora mismo, ya que queremos clasificarnos como segundos de grupo, que entendemos es mejor para nosotros. Y lo mismo con la Copa. No nos queremos relajar y ya está”, señaló el húngaro antes de abordar las claves para sellar un nuevo triunfo mañana en casa y que pasan por reactivar el aspecto defensivo. “Lo que hemos hecho mal es que no hemos trabajado bien en defensa, hemos perdido intensidad y el resto de equipos nos han metido casi 90 puntos y así es muy difícil ganar partidos”, avanzó. “Queremos recuperar las sensaciones en casa -donde Baskonia aún no ha perdido en Euroliga- y para eso tenemos que pensar en nuestro juego, jugar en defensa y empezar el partido con buenas sensaciones. No queremos perder partidos, hay que levantarse y trabajar más”, concluyó el alero.