vitoria - Entre los grandes pulsos individuales que podrán observarse esta tarde en el Buesa Arena, uno destaca sobremanera y será el que mida en las alturas a los dos jugadores que ostentan ahora mismo la mejor valoración de la Liga ACB. Con permiso del madridista Gustavo Ayón, posiblemente no haya en la actualidad dos cincos puros más dominantes e influyentes que el baskonista Ioannis Bourousis y el blaugrana Ante Tomic. Así lo refleja, al menos, el aspecto estadístico que siempre premia a los jugadores más completos y al que los entrenadores conceden una trascendencia especial. No cabe duda de que saltarán chispas de la pelea entre el canchero griego y el estilista croata, cortados por un mismo patrón sobre la pista y que están gobernando con puño de hierro estos albores de la competición doméstica.
Dando por sentado que los pívots de calidad prácticamente se cuentan con los dedos de las dos manos a este lado del Atlántico y que ya son una especie en extinción en el baloncesto moderno, Baskonia y Barcelona pueden considerarse unos privilegiados por acoger entre sus filas a dos piezas cuya aportación es impagable y va más allá de los números. A su ingente calidad con el balón en las manos añaden una excelente lectura del juego y una primorosa visión a la hora de ver al compañero desmarcado. Se diría que son dos postes con alma de bases que, cada vez que reciben un dos contra uno en la zona, no se ponen nerviosos y saben doblar con maestría el balón. Por algo Perasovic y Pascual pretenden siempre que éste pase por sus manos en todos los ataques de sus equipos. Son una garantía y el camino más corto hacia la canasta.
Por su efecto intimidatorio sobre los rivales, Bourousis y Tomic tendrán mucho que decir hoy. La llegada del griego, recién cumplidos los 32 años, ha permitido al Baskonia dar un salto cualitativo en su rendimiento. El suyo ha sido un impacto brutal que ha colocado a los alaveses en otra dimensión. Ni el más optimista de los seguidores azulgranas podía intuir semejante grado de implicación y compromiso en un colectivo donde el de Karditsa ejerce como guía espiritual.
En el caso de Tomic, sobra decir también su ascendencia en un colectivo repleto de estrellas como el culé. Reclutado procedente del acérrimo rival, a sus 28 años vive una dulce etapa de madurez tras firmar una multimillonaria renovación en la Ciudad Condal y descartar el desembarco en la NBA. Rodeado esta temporada de buenas dosis de músculo y talento atlético (Samuels y Lawal), el internacional croata atesora una clase descomunal y el mejor juego de pies en Europa. A diferencia de Bourousis, eso sí, su muñeca no es tan fiable ni desde la media-larga distancia ni, sobre todo, desde la personal.
Si el heleno ha firmado 127 puntos de valoración en los seis encuentros ligueros, el balcánico ha alcanzado 129 en cinco. Nadie produce más que dos pívots con un palmarés notable que, en el caso de Tomic, incluye un lunar: la ausencia de la Euroliga. Bourousis saldó esta deuda la pasada campaña vestido de blanco, un color que también lució en su día el croata.