Vitoria - El de Darko Planinic, un pívot tentado en su día por la secretería técnica antes de que recalara en el Maccabi, fue el pasado verano un fichaje que, por un lado, resultó entendible al volver el Baskonia hacia sus pasos y, de otro lado, sorprendente dada su decepcionante trayectoria reciente. Es frecuente, y más en tiempos de apreturas económicas como los actuales, que el club de Querejeta apueste firmemente por jugadores jóvenes deseosos de reivindicarse en el concierto internacional, pero la llegada del croata vino envuelta en un halo de misterio por su pobre rendimiento durante los dos últimos años en el Cibona y el Buducnost. Con el visto bueno de un compatriota como Perasovic, se optó por dar un voto de confianza a un poste estancado que integró en su día las agendas de las franquicias americanas.

Pues bien, estos primeros meses de competición no están sirviendo precisamente para disipar las dudas alrededor de un jugador que ayer pagó su frustración y estuvo fuera de sí en algún tramo al ver que no le están saliendo las cosas y está desaprovechando todas las oportunidades para dejarse sentir en la pintura. Eclipsado por Bourousis y perseguido por la sombra de Ilimane, un joven deseoso de comerse el mundo, el cinco de Mostar se vio obligado a enfilar el camino hacia el banquillo de forma prematura al inicio del tercer cuarto.

Su tercera falta fue una antideportiva que no venía a cuento tras golpear a un contrario mientras Adams trasladaba el balón al aro contrario. Tras recibir la cuarta en la pelea por un rebote, su exceso de verborrea le acarreó una técnica por parte de Benjamín Jiménez. Dos acciones infantiles y evitables que, en condiciones normales, no debían haberse producido. Posiblemente, sus ganas de agradar le jugasen ayer una mala pasada a un interior que está lejos de las expectativas iniciales. Perasovic ya alertó en su presentación acerca de que no haría grandes números ni destacaría por su virtuosismo ofensivo, pero sí confiaba al menos en que Planinic hiciera un oscuro y sordo trabajo de brega bajo los tableros. De momento, es un fajador que no golpea y del que se espera su mejor versión. Corpulento y lo suficiente fuerte como para ocupar un espacio importante en la zona, todavía se muestra demasiado tibio en labores defensivas y le cuesta intimidar a sus pares. Y todo ello por no hablar de su timidez adelante, donde apenas recibe balones francos y le cuesta un mundo fabricarse una canasta.

El hecho de que fuera dado de baja hace unas semanas en la ACB tras la lesión de Shengelia y el posterior fichaje de Kangur tampoco le ha ayudado a la hora de adquirir la confianza necesaria que necesita todo recién llegado. El croata siempre aparece como titular y también inicia los terceros cuartos, pero su producción está resultando hasta la fecha testimonial. De ahí que su margen para progresar sea en este instante ilimitado.

La victoria de ayer ante el Murcia por un gran colchón de puntos permite a los alaveses ascender un puesto en la tabla. El equipo se ha colocado cuarto, empatado con el Madrid y el Joventut, y dispone de un cochón de dos triunfos sobre el noveno clasificado.