Barcelona - Las consecuencias al nacimiento del nuevo formato de la Euroliga para la próxima temporada, que ha provocado una catarata de críticas en muchos de los clubes que se han quedado fuera, firmó ayer un nuevo capítulo que podría tener efectos colaterales de cierta relevancia en el baloncesro europeo. Entre ellos, el abandono de los grandes clubs de las competiciones domésticas para centrarse exclusivamente en la máxima competición continental. Un extremo que, según advirtió ayer la versión digital del deportivo catalán Mundo Deportivo, ya estarían valorando F.C. Barcelona, Real Madrid y Laboral Kutxa, los tres de la Liga Endesa que cuentan con plaza fija en la nueva Euroliga de Jordi Bertomeu, que esta semana anunció los detalles del flamante torneo: una competición que reduciría de 24 a 16 equipos, con una primera fase con liga pura a doble vuelta todos contra todos, un posterior play off y la tradicional Final Four.

En total los equipos que lleguen hasta esta última cita acabarán jugando entre 35 y 37 partidos, una cifra superior a los 29-31 de la actualidad. En un calendario ya al límite, y con las ventanas para selecciones a la vuelta de la esquina (entrarán en vigor en otoño de 2017), sería realmente difícil ubicar seis jornadas más. Y esa situación es especialmente preocupante para los equipos españoles, que participan en una liga doméstica de 18 equipos a diferencia de lo que sucede con buena parte de sus competidores. De las grandes ligas nacionales europeas, sólo la alemana y francesa tienen también 18 participantes. Italia, la VTB League, y Turquía tienen 16 equipos, mientras que Grecia y la Liga Adriática tienen 14.- DNA