Vitoria - La irrupción de los canteranos del Baskonia en los partidos del primer equipo, el ascenso del filial de 1º Nacional a la Liga EBA y la incorporación de nuevos talentos a los equipos de formación del club son el fruto de la apuesta por los jóvenes valores que Baskonia continúa llevando a cabo en los últimos cuatro años.Y si algo tienen en común nombres como los hermanos Diop, Carlos Martínez o Tadas Sedekerskis, por citar a los jugadores que han llegado a debutar con el primer equipo en la última temporada y media, es el entrenador vitoriano Iñaki Iriarte, el encargado de pulir el talento y la técnica individual de todos aquellos llamados a marcar una época en el club. Iñaki Iriarte González inició su trayectoria deportiva jugando en el Vasconia hasta la categoría junior y a los 17 años comenzó a entrenar en el colegio San José, entonces ubicado en la calle La Paz antes de denominarse San Viator, donde se hizo cargo del equipo de minibasket, un conjunto que marcó una época en el baloncesto vitoriano de la mano de apellidos como Garaialde, Boni, Lete, Cengotia o Goyo, a los que entrenó durante tres temporadas. Con el bagaje deportivo y personal que había acumulado como técnico, con apenas 27 años obtuvo el título de entrenador nacional en Barcelona, donde tuvo como maestros a Antonio Díaz Miguel, Moncho Monsalve y Pepe Laso, entre otros. De aquella promoción de nuevos técnicos también salieron Manolo Flores, Vicente Paniagua y la que fuera seleccionadora nacional, además de mujer de Edurado Portela, María Planas.
Fue entonces cuando mediada la década de los años 70, Iri comenzó a entrenar al equipo juvenil del Baskonia, también de su filial, el Gorbea, en categoría senior autonómica, y de ahí pasó al Echeverria Hermanos en el que permaneció cuatro temporadas y en las que alcanzó la Segunda División. En su última temporada incluso llegó a clasificarse en el cuarto puesto tras una competición donde se enfrentó a rivales de gran tradición como el Círculo Católico de Badalona, entonces dirigido por un joven Manel Comas.
Con las dificultades propias de la época, aquel segundo equipo de Vitoria que era el Echevarria Hermanos desaparició en 1978, el mismo año en el que José Antonio Santamaría y José Luis Sanchez Erasukin Santxon dejaron la presidencia del Baskonia. Fue entonces cuando la directiva del extinto Echevarria que encabezaba Fernando Aránguiz se hizo con las riendas del club, incorporando a Iriarte como entrenador del primer equipo. En esa primera campaña en el banquillo de Mendizorroza, el Baskonia disputó la semifinal de la Copa del Rey, en la que cayó ante el Barça, mientras que en la Liga firmó un octavo puesto. La temporada siguiente no fue tan brillante pero al menos se consiguió mantener la categoría, que era el principal objetivo del club alavés por entonces, cerrando su primera etapa en el Baskonia.
granada, huesca, murcia... De Vitoria, Iriarte se marchó al Patronato de Bilbao en 1ª B, aunque sin demasiada fortuna. Sería poco después, en la campaña 81/82, donde retornaría a esa misma división con el Baskonia tras dejar éste la élite del baloncesto nacional. Quedó segundo clasificado tras el Inmbanco de Madrid y se logró el ascenso en el año que se iba a constituir la recién creada Liga ACB. Iriarte permaneció en Vitoria hasta mediada la temporada 82/83 en la que fue relevado por Juan Pinedo en el tramo final, con la permanencia del equipo ya resuelta. Cumplido su ciclo baskonista, Iri llegó a dirigir a los equipos del colegio Calasanz antes de asentarse como uno de los entrenadores con más partidos en la Liga ACB durante el siglo pasado. Así, dirigió a clubes como Puleva Granada y Magia de Huesca, donde permaneció cuatro temporadas en las que hizo de este modesto club uno de los más combativos de la liga, especialmente cuando jugaba como local en un pabellón tan reducido como ardiente para sus rivales. También dirigió en Murcia antes de regresar a Vitoria ya avanzada la temporada 92/93 tras el cese de Herb Brown. Aquel Baskonia que heredó del americano, en cambio, ya poco o nada tenía que ver con el club que había conocido. Se trataba de un equipo instalado en la élite, con mucha exigencia, con dobles sesiones de entrenamientos y que contaba con una plantilla trufada de estrellas como Pablo Laso, Sibilio, Nicola, Arlauckas o Ramón Rivas, y que tenía como objetivo meterse en competiciones europeas para que el club pudiera seguir creciendo.
Superada aquella temporada sin mayores alegrías, Iriarte continuó su trayectoria profesional en clubes como Breogán o Gijón, que deseaban consolidarse en ACB, o en Tenerife y Algeciras, que aspiraban a finales de los años 90 a lograr el ascenso desde la Liga LEB.
mimo a la cantera A pesar de sus múltiples mudanzas, Iriarte siempre se mantuvo muy vinculado al Baskonia y a sus equipos de formación. Con la llegada a la presidencia de Josean Querejeta en 1988 y de la mano de Pepe Laso y Alfredo Salazar crearon la escuela de baloncesto del club en la que fueron seleccionado a los mejores jugadores de la provincia, a los que se fueron uniendo después jugadores llegados de otras latitudes nacionales e internacionales. Ese trabajo deparó temporadas después dos campeonatos de España junior (1991 y 1995), aunque no fue hasta la 00/01 cuando Iriarte entró a formar parte de manera definitiva del área técnica de Saski Baskonia. Volvió para dirigir al conjunto filial que iba a disputar la Liga EBA, pero sobre todo para tutelar el fogueo de un chico recién llegado de apenas 15 años llamado Tiago Splitter, tal como el propio técnico recuerda en este extracto del libro Memoria Baskonista: “Lo primero que pensé cuando vi a Tiago con 15 años fue pensar si podría ser un jugador importante como ya era entonces Scola. Era un chaval callado, tranquilo y al principio me costó ganarme su confianza. No había mucho feeling (risas). El tenía su personalidad hasta que un día le comenté que yo era el quinto entrenador que más partidos había dirigido en la ACB y le llevé una guía donde salía mi trayectoria para hacerle ver quién era yo y que podía instruir y dirigir sus entrenamientos a nivel personal. Y así poco a poco conseguí que fuera entrando en ese grupo que ahora son sus amigos de verdad. Esa primera temporada de Tiago en Vitoria terminó sin que el equipo EBA ascendiese y él fue cedido a Bilbao”.
A pesar del éxodo, Baskonia siempre quiso que el brasileño continuara entrenando en casa con Iriarte, por eso dispuso un plan alternativo a los entrenamientos en la capital vizcaína: “Venía en autobús, le íbamos a buscar David Gil y yo, y le entrenábamos en Aranalde. Fue teniendo más confianza cuando ya vio la posibilidad de entrar en el primer equipo”, rememora el técnico. En ese escenario, Iriarte destaca la gran “pasión” de Splitter por el basket y su capacidad para aprender de jugadores como Scola o Prigioni, que le ayudaron a crecer. “He metido muchas horas con él, hemos visto cientos de vídeos y más que una relación de técnico-jugador logramos que fuera una relación de ayuda mutua. El chaval tenía y tiene la cabeza bien puesta, le gustaba esto y se fue haciendo a todo. Supo trabajar sus propias carencias como la mecánica de tiros libres, que no siempre sabía adecuar, pero a base de mucho trabajo supo evolucionar”.
El guiño de splitter Años después, concretamente el 15 de junio de 2014, Splitter recogió los frutos de tanto sacrificio y cumplió el sueño de ser campeón de la NBA con los Spurs, teniendo entonces el detalle de acordarse del que fuera su entrenador “personal” en el Baskonia, con quien compartió tantas vivencias personales. “El Iri es como un padre para mí. Me enseñó desde cómo botar el balón hasta donde podía comer buenos pintxos en Vitoria. Le guardo mucho cariño y pese a vivir ahora en San Antonio seguimos en contacto”, explicaría el brasileño.
Además de Splitter, otros jugadores de élite como Mirza Teletovic, Stanko Barac o Tibor Pleiss también pasaron por las manos del vitoriano, que desde las últimas temporadas se ha dedicado en cuerpo y alma a trabajar con la última camada de jóvenes valores azulgranas. Un trabajo de cuatro años con talentos muchas veces internacionales que destacan por sus condiciones físicas y su talento, pero a los que hay que saber llevar con mucha mano izquierda, esa que a Iri le sobra.
Entre esa lista de canteranos made in Baskonia que ya han debutado con el primer equipo también se podrían añadir otros nombres como el del ala pívot Daniel Bordignon, que esta temporada se encuentra cedido en el Planasa Navarra de LEB Oro, el letón Rinalds Malmanis, también jugador cedido en el Araberri -actualmente de baja por una lesión de hombro hasta el final de la presente temporada-, o los recién llegados Jurij Macura, de Eslovenia, y el serbio Felip Petrusev, ambos cadetes de primer año y que ya militan en el equipo junior A.
Iñaki Iriarte. Vitoria, 18 de
julio de 1950.
Formación. Obtuvo a los 27 el título de entrenador Nacional.
Trayectoria. San José (luego San Viator) y Calasanz en etapa escolar. Juvenil del Baskonia, Echeverria Hermanos, Baskonia, Patronato de Bilbao, Puleva Granada, Magia de Huesca, Murcia, Taugrés (tras la destitución de Herb Brown), Breogán, Gijón, Tenerife y Algeciras. Desde la temporada 00/01 forma parte del área técnica de Saski Baskonia.
“He metido muchas horas con él y hemos visto cientos de vídeos juntos; lo nuestro más que una relación entrenador-jugador fue una relación de ayuda mutua”.
No hay palabras de agradecimiento del brasileño para con el técnico vitoriano. “Me enseñó desde cómo botar el balón hasta dónde podía comer buenos pintxos en Vitoria. Le guardo mucho cariño y a pesar de vivir ahora en San Antonio seguimos en contacto”.