Vitoria - El Baskonia afrontaba ayer la enésima oportunidad para colarse este curso por primera vez en puestos de play off. Y en esta ocasión hizo diana tras disfrazarse de perdonavidas en jornadas precedentes a la hora de materializar dicho objetivo. Con el triunfo ante el Gran Canaria y la sorprendente derrota del CAI Zaragoza ante el renacido Baloncesto Sevilla de Casimiro, los alaveses han incrustado por primera vez su figura entre los ocho mejores de la competición. Han debido transcurrir la friolera de veinte jornadas para ver en la zona noble al inquilino del Buesa Arena, siempre a remolque en esta fase regular y obligado a remar contracorriente desde que firmara un deficiente inicio con tres derrotas consecutivas ante el Barcelona, Unicaja y el Andorra.

La velada ante el Gran Canaria era vital por tratarse de un rival directo en la pelea por el play off que, para más inri, se había convertido en la bestia negra. Los alaveses se encaramaron ayer a la séptima plaza debido a su mejor coeficiente que maños e insulares. Otra nota positiva fue el hecho de remontar con contundencia el adverso average de 16 puntos de la ida (93-77). En cualquier caso, el cuadro de Aíto debe quedar atrás, ya que el Laboral Kutxa aspira a iniciar en esta segunda vuelta una ambiciosa escalada en pos de un primer cruce asequible en las series finales por el título. No lo tendrá fácil, ya que el único que está a tiro es el Valencia Basket. Otros conjuntos, a priori, inferiores como el Bilbao Basket y el Joventut han abierto una brecha considerable. Pese a que el calendario será propicio de ahora en adelante con la visita a la pista de los modestos de la ACB, remontar cinco y cuatro victorias a los vizcaínos y verdinegros, respectivamente, se perfila como un objetivo tortuoso y plagado de espinas.

Hasta que las altas esferas azulgranas no han dado con la tecla para rectificar las numerosas carencias de una plantilla con varios bultos sospechosos en los albores del curso, el Baskonia no ha podido encaramarse hacia al lugar que le corresponde por presupuesto y jerarquía. La mejoría en los últimos tiempos debía refrendarse en buenos resultados y el ascenso a la séptima plaza puede suponer el ansiado punto de inflexión a la hora de dar un salto cualitativo.

Y es que la formación de Ibon Navarro tiene que resolver aún una asignatura pendiente como su incapacidad manifiesta para rascar algo positivo lejos del Buesa Arena. Sin el calor de su público, totaliza una pírrica victoria en Estambul ante el Galatasaray en diecisiete partidos. Lo positivo es que, hasta la conclusión de la fase regular, únicamente resta una salida de alto voltaje a Miribilla. Será, concretamente, el fin de semana posterior a la celebración de la Copa del Rey en el Gran Canaria Arena.

Tras infinidad de idas y venidas, la reconstrucción navideña ha proporcionado otra estabilidad y los réditos ya se están dejando sentir con un técnico y un colectivo de jugadores enchufados que llaman a la puerta de objetivos ambiciosos. Lástima que varias victorias en los grandes santuarios continentales se hayan escurrido por una cuestión de azar.

Suficiencia en casa. El Baskonia se está convirtiendo en un ciclón al calor de su público en el Buesa Arena. Prueba de ello es que ha ganado los últimos cinco duelos con una anotación media de 98,2 puntos y una diferencia sobre el rival de 26,2 tantos.

El de ayer era un día propicio para romper varios techos de la estadística en la presente temporada por la debilidad que mostró un inofensivo Gran Canaria. Los alaveses consiguieron así su tope de puntos, triples y valoración tras una actuación redonda.