Vitoria - A los aficionados más jóvenes probablemente no les suene demasiado su nombre pero aquellos que acumulan décadas de irrefrenable pasión baskonista seguro que tienen aún muy fresca en la memoria su imagen, siempre alerta, en el banquillo (habitualmente un par de metros detrás del mismo) del conjunto vitoriano. Para quienes todavía no lo hayan identificado gracias a las fotografías que ilustran esta información, se trata de Jesús Seco, que ejerció de médico de la escuadra del Buesa Arena durante casi diez años.

En concreto, desde el curso 1993-94 en el que se estrenó en esas lides hasta el final de la campaña 2000-01, en la que abandonó definitivamente la disciplina azulgrana. A partir de ese momento, hace ya casi tres lustros, su vida tomó otro rumbo que le separó unos cuantos kilómetros del equipo con el que compartió tantas experiencias -“fueron unos años maravillosos de crecimiento permanente pero también de mucho trabajo en los que prácticamente todos los días sucedía algo”, rememora ahora desde la distancia-.

Dejando a un lado la primera línea del deporte profesional, optó por centrarse en el estudio, la investigación y la docencia. Un camino que le ha conducido a ser, desde 2003, profesor titular de la Universidad de León y una de las puntas de lanza del Instituto Universitario de Biomedicina (IBIOMED). Desde allí se ha labrado un brillantísimo currículo profesional con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales siendo el envejecimiento saludable una de sus especialidades.

Y, por increíble que pueda parecer a priori, ha sido precisamente este trabajo con los mayores el que ha propiciado que se produzca una nueva e inesperada conexión con la entidad de Zurbano. Porque el que durante nueve años mimó la salud de los muchos profesionales que pasaron por el Buesa Arena es el responsable ahora de la creación de un avatar con ADN baskonista.

Dicho así podría parecer que no se trata más que de una simple anécdota pero lo cierto es que la historia en conjunto es mucho más que eso. Con la experiencia y el conocimiento que le dan su mucho tiempo de trabajo con las personas mayores -es el coordinador del Máster sobre Envejecimiento Saludable y Calidad de Vida que desarrollan conjuntamente la Universidad de León y la UPV-, Seco sostiene que este cada vez más amplio colectivo se caracteriza por dos cuestiones fundamentalmente. Por un lado y contrariamente a lo que pudiera pensar un neófito en la materia estas personas están “muy interesadas y abiertas” a las nuevas tecnologías y, por otro, suelen presentar un claro “déficit de atención socio-sanitaria”.

“Si tienen dolor de cuello van al médico y les recetan un calmante que muchas veces se olvidan de tomar al poco tiempo y, como mucho, les dan una hoja con unos ejercicios para hacer que acaba siempre en la basura. Pero no reciben una solución que trate de ir más allá”, ejemplifica el médico nacido en Salamanca.

Precisamente para tratar de paliar en la medida de lo posible este problema, el exgaleno azulgrana se enfrascó en el desafío de intentar unir dos puntos aparentemente tan separados. Para aumentar aún más la teórica contradicción, inició su proyecto recurriendo a la ayuda de un producto consumido masivamente por los más jóvenes.

“El germen de la idea fue tratar de crear la rehabilitación a domicilio, que las personas mayores pudieran realizar la fisioterapia y los ejercicios de flexibilidad en su propia casa, sin tener que moverse, con todas las ventajas que conlleva. Para ello, creamos una plataforma basada en la tecnología de la Xbox de Microsoft”, explica. De esta manera, el individuo se colocaba delante de la pantalla y del aparato que reconocía su movimiento y realizaba los ejercicios, que recibían el visto bueno o las correcciones necesarias al momento.

Sin embargo, la investigación de Seco no se dio por satisfecha con ello y buscó avanzar un paso más. “El siguiente reto era trasladar esto a los dispositivos móviles, pasar del sofá a los portables. Ahora que prácticamente todo el mundo dispone de tablets o smartphones, suponía un avance enorme y la posibilidad de realizar estos ejercicios en cualquier sitio y en cualquier momento”, recuerda. Y, una vez más, consiguió su propósito. Por una doble vía además. Por un lado creó la aplicación para dispositivos móviles que se podría descargar desde cualquiera de ellos siguiendo los mecanismos habituales en este tipo de app y, por otro, puso en marcha también una versión para los más tradicionales. Así, editó una guía en papel con todos los ejercicios en la que se incluyó un código QR que permite que al acercar un dispositivo móvil este lo lea y automáticamente tenga acceso a la aplicación.

El origen de la idea para llevar a cabo este tránsito no tiene desperdicio. “Viendo las películas de La guerra de las galaxias me di cuenta que en las escenas en las que se teletransportaban o hacían reuniones desde diferentes lugares utilizaban una especie de figuras en 3D y pensé que sería fantástico poder realizar algo así”, explica.

Ni corto ni perezoso el galeno se puso en contacto con técnicos informáticos y la teoría se convirtió en práctica. Claro que para ello resultaban imprescindibles unos modelos que realizaran los ejercicios primero para que fueran grabados y posteriormente convertidos en el avatar de tres dimensiones. Y es precisamente ahí, en ese paso inicial, donde este proyecto de investigación de la Cátedra Telefónica de la Universidad de León recibe su segunda dosis de ADN baskonista. El primero lo había aportado el propio Jesús Seco y el definitivo fue la participación de jugadores de la plantilla del Laboral Kutxa como improvisados modelos.

Gracias a la buena relación que todavía mantiene el doctor con el club de Zurbano, los profesionales completaron la tabla de ejercicios para ser convertidos después en realidad virtual. No fueron ellos los únicos que participaron, ya que también se recucurrió a la colaboración de varios atletas de élite.

Sin embargo, esto planteó un pequeño problema. “Como deportistas de primer nivel que son hacían todos los movimientos de la tabla a la perfección, lo que no siempre es posible para los mayores. Por eso, después lo validamos también grabando a personas de la tercera edad que, lógicamente, suelen tener problemas de movilidad”, explica. Con ello, se consigue tener todo el espectro de ejercicios y que el desarrollo de la aplicación -que corrige al individuo y le muestra cómo debe hacer los movimientos- sea progresivo, complicándose a medida que la persona va dominando etapas.

Todo este innivador trabajo está ya desarrollado desde hace varios meses esperando a ver la luz pero, en el último momento, un obstáculo inesperado -o más bien esperado teniendo en cuenta la coyuntura general- ha frenado su arranque. “Tenemos todo listo únicamente a la espera de que podamos reunir el presupuesto necesario para que salga al mercado y esté al alcance de todo el mundo”, explica Jesús Seco. Para ello, son necesarios aproximadamente 93.000 euros, de los que ya ha conseguido la mitad.

Al menos, mientras llega esa imprescindible inyección económica el prototipo ya está en marcha. “Lo hemos utilizado en las Aulas de la experiencia y todas las personas mayores que lo han probado han salido encantadas. Además, yo lo empleo también en mis clases en el máster sobre el envejecimiento”, apunta. Ojalá, dentro de muy poco este avatar con ADN baskonista pueda convertirse en el entrenador personal de todo el que lo desee.