vitoria - Desde su última reconstrucción, el Baskonia se ha convertido en un equipo estético por el que cualquiera paga una entrada para presenciar un partido. El dinero está bien invertido porque uno se divierte, el equipo pregona un estilo atractivo propenso al intercambio de canastas y acepta gustosamente el cuerpo a cuerpo en partidos disputados a un ritmo vertiginoso y a pecho descubierto. Las posesiones duran un santiamén y los encuentros tienden a convertirse en un correcalles. Nadie se duerme debido a la electricidad en los dos aros. Si el rival de turno carece de empaque y es de nivel medio-bajo, los alaveses llegan a cautivar al espectador por su gatillo fácil, su querencia al showtime con dos bases eléctricos que detestan la especulación y el bombardeo triplista. Un baloncesto de lo más americanizado que no suele ponerse en práctica en ningún otro lugar, tanto en la ACB como en la Euroliga. Ibon Navarro ya ha sugerido que no cortará las alas de dos timoneles ultraofensivos como James y Adams al frente del timón, pero lógicamente tanto frenesí, tantas gotas de anarquía y desenfreno tiene unos contrapuntos negativos que saltan a la vista.

Como si le sobrara el talento, el Laboral Kutxa parece haber interiorizado que la consecución de la victoria pasa exclusivamente por anotar un punto más que su rival. De ahí que su falta de rigor en facetas indispensables del juego clama al cielo y le convierte en una presa fácil en los partidos a domicilio. La facilidad con la que se descompone y encaja parciales abultados es pasmosa. Uno de los cocos de la Euroliga no iba a ser menos ayer en el Universal Sport Hall. Los hombres de perímetro del CSKA vieron el aro como una piscina, aunque resultó todavía más sangrante la facilidad con la que rubricó sencillas transiciones ofensivas aprovechando la extrema lentitud azulgrana para correr hacia atrás. Cualquier uno contra uno en cualquier lugar de la pista crea un desequilibrio evidente. Y, pese a su esfuerzo, Begic no llega a todas las ayudas. Si quiere elevar su competitividad, recuperar el pulso a nivel doméstico y no pasar de puntillas por el Top 16, el Baskonia se halla por tanto obligado a adoptar otro espíritu belicoso. El problema reside en que muy pocos elementos a las órdenes de Ibon Navarro ostentan buenas dotes defensivas y parecen dispuestos a sacrificarse.

Sondeo. El Baskonia ha tratado de conocer durante el mes de diciembre la opinión de diversos aficionados y abonados azulgranas sobre el devenir del club en la historia reciente con el fin de evaluar el grado de satisfacción hacia su controvertida gestión.