VALENCIA - La dirección de juego no es el único foco de preocupación dentro de un Baskonia incapaz de tener algo de estabilidad. Sus fichas van bailando constantemente y ello atenta contra la continuidad de un equipo que no puede progresar todo lo deseable. Heurtel y Perkins están llamados a abandonar la nave en un breve plazo de tiempo, pero no se descartan nuevas sorpresas ante la escasa contribución de otras piezas bajo sospecha siempre que su situación contractual lo permita.
El clima de tensión empieza a ser extensible en las últimas semanas al perímetro, donde uno de sus integrantes viene agotando la paciencia de las altas esferas. Sasha Vujacic, una figura mediática que se encontraba en el paro a la que recurrió el club para elevar la dinamita del perímetro en detrimento de Orlando Johnson, va a menos con el transcurso de las jornadas. Su crédito se evapora a pasos agigantados y ayer se vivió un nuevo capítulo de su caída en picado. El esloveno permaneció menos de tres minutos en la Fonteta, donde firmó una valoración negativa (-4) y dejó unas sensaciones descorazonadoras.
Tras dos actuaciones deslumbrantes ante la Bruixa d’Or Manresa y el Galatasaray al poco de aterrizar que hicieron trizas muchos de los tópicos respecto a la adaptación de los jugadores llegados a un equipo, la pólvora procedente de todo un bicampeón de la NBA se ha agotado por completo. Ante los levantinos, ingresó en pista al inicio del segundo cuarto y no pudo correr peor suerte. Erró sus cuatro tiros de campo -dos dobles y dos triples, algunos liberados- y mostró una ansiedad perniciosa que le jugó una mala pasada. Vistos sus nervios, a Ibon Navarro no le quedó otro remedio que sentarle. Ya no volvería a aparecer.
De hecho, el preparador vitoriano no dudó en realizar más tarde varias combinaciones para configurar la cuerda exterior sin que Vujacic formara parte de alguna de ellas. Coincidieron por ejemplo los dos treses (Bertans y San Emeterio) y en la recta final Heurtel ejerció incluso como improvisado dos cediendo el timón a Perkins. El balcánico siguió desde el banquillo el desarrollo del monólogo levantino. Ni siquiera en los minutos de la basura constituyó un recurso puntual para favorecer el crecimiento de su confianza.
Son ya muchas jornadas en las que su rendimiento se encuentra por debajo de las expectativas. El Baskonia necesitaba un exterior que elevase la mordiente ofensiva y, de momento, su objetivo está quedando en agua de borrajas. Con un protagonismo cada vez más decreciente, el bagaje de Vujacic no puede ser ya más decepcionante. Ante el Iberostar, sólo dejó algún fogonazo en el último cuarto y en Estambul también se convirtió en una figura decorativa dentro del buen rendimiento colectivo.
La presencia de Ibon Navarro al frente de la nave no ha servido precisamente para recuperar al cuarto exterior de la rotación. De un tiempo a esta parte, la pujanza de Causeur contrasta sobremanera con el declive del balcánico, cuya triste contribución empieza a asemejarse a la del escolta estadounidense que se vio obligado a hacer las maletas debido a sus discretos números en ataque.
En el caso de Vujacic, la reacción se antoja urgente por su propio bien. De hecho, su futuro podría ser incluso de lo más incierto. Según apuntó ayer Radio Vitoria, al igual que ha sucedido con otros componentes de la plantilla figura una cláusula de corte en el contrato que suscribió con el Baskonia hasta el final de la temporada. Tras una exitosa etapa en los Lakers, donde consiguió dos anillos siendo un actor secundario, su turbulento paso por el Efes representó una pérdida del prestigio que se había ganado durante su carrera. De momento, Vujacic no consigue remontar el vuelo.
El Laboral Kutxa ha perdido los últimos cinco encuentros ante el Valencia Basket. Tres de ellos fueron el pasado curso (78-79 y 67-55 en la ACB; 74-73 en la Copa de Málaga) y dos en el presente ejercicio (79-69 en la Euroliga y 85-70 en la jornada de ayer).