Vitoria. Nadie sabe a ciencia cierta todavía si Ibon Navarro posee fecha de caducidad como entrenador del Baskonia. Probablemente, ni el propio Josean Querejeta lo sepa teniendo en cuenta de que dispone de muy poco dinero en caja para afrontar la llegada de alguna figura de campanillas. Tampoco tiene garantizado el presidente que el equipo vaya a remontar el vuelo con alguien procedente de fuera, por lo que el vitoriano será la apuesta a corto plazo hasta que los resultados dicten lo contrario o alguien de cierto caché se pliegue a las duras condiciones fijadas desde el Buesa Arena para aceptar el desafío de dirigir a un club venido a menos. Básicamente, un sueldo modesto y escaso margen de maniobra para retocar a su gusto un grupo con sensibles carencias.
Mientras tanto, Navarro va recabando desde dentro del vestuario votos a favor de su continuidad hasta el final de la temporada. El capitán baskonista alzó ayer la voz para recordar que, tras permanecer a la sombra de entrenadores reputados como Dusko Ivanovic, Velimir Perasovic, Neven Spahija o Paco Olmos, “ha trabajado muchos años en la sombra” y se merece “una oportunidad” de este calibre para dar un salto cualitativo en su carrera en los banquillos.
Fernando San Emeterio es partidario de “poco a poco ir cambiando las cosas que Ibon quiere” y, al mismo tiempo, “hacer partidos serios” que cambien la inquietante espiral del inicio de temporada. “Luego, sobre las victorias siempre se mejora y se trabaja con mucha más tranquilidad”, confesó el cántabro, uno de los más autorizados para opinar en un momento donde las aguas bajan tan revueltas.
Respecto a la filosofía del nuevo timonel azulgrana, el alero cántabro avanzó algunos detalles. “Ibon quiere defender más las líneas de pase, presionar más el balón y que los errores que cometamos sean más lejos de la canasta para poder solucionarlos. En ataque, controlar un poco más los ritmos de partido y no recibir esos parciales que a veces nos han costado derrotas”, enumeró. Y es que, a su juicio, el Baskonia no está sabiendo controlar el tempo en determinadas fases. “Hay momentos en los que puede venir bien hacer un baloncesto agresivo y otros en los que hay que parar y buscar una situación más larga”, concluyó San Emeterio. l