Vitoria - El de esta noche en el Buesa Arena será el derbi más atípico del buen puñado que han disputado en la etapa reciente Baskonia y Bilbao Basket. El equipo vitoriano vive en cierta calma tras unas últimas victorias que le han asentado en zona de play off y que le permiten aspirar todavía a la quinta plaza, pero lo que en otros tiempos era un duelo de tú a tú por las mejores posiciones es hoy un enfrentamiento de lo más extraño. Y es que bien poco importa en Bilbao en estos momentos el plano deportivo cuando lo que está en juego es la supervivencia de un club que vive de sobresalto en sobresalto. Tras la última amenaza de la plantilla por los reiterados impagos y las promesas incumplidas, de momento el derbi se jugará, pero habrá que ver qué pasa de aquí en adelante. Lo mejor es desear que no sea el último.
Con los jugadores del cuadro vizcaíno, lógicamente, con la mente más que nublada, el Laboral Kutxa no puede dejar escapar el tren de las oportunidades. Y la estación de destino parece en estos momentos la quinta plaza. Eso sí, el primer paso es seguir consiguiendo triunfos que aseguren la presencia en el play off porque ni Cajasol ni Joventut dan a torcer su brazo por detrás. Y al mismo tiempo que se dan pasos para lograr el objetivo mínimo, se pueden seguir escalando posiciones en la tabla liguera gracias al proceso de descomposición que viven en estos momentos CAI Zaragoza y Herbalife Gran Canaria, dos equipos en plena caída libre y que solo están a un partido de diferencia.
En sus últimas comparecencias en el Buesa Arena, el Baskonia ha vuelto a recordar al viejo ogro que era inaccesible en su cueva. Con un incremento notable de su nivel defensivo y un ritmo de ataque galopante, tres veces consecutivas se ha superado en la ACB la barrera de los cien puntos anotados. Por lo menos, espectáculo que no falte cuando buena parte del curso ha escaseado.
La idea es seguir con esa misma línea de juego exhibida en los últimos partidos en Vitoria a la vez que se afina la puesta a punto para un play off que está a un mes vista y que será el momento definitivo para un Laboral Kutxa que aún necesita mejorar para encarar con garantías la fase decisiva del año.