vitoria - El Buesa Arena asiste esta noche al partido correspondiente a la Euroliga de la temporada 2013-14. Y lo hace con intención de contemplar por fin el primer triunfo del Baskonia en este Top 16, algo que sus tristes ojos no han podido disfrutar tras seis encuentros amargos en los que todos los forasteros han aprovechado la desesperante fragilidad del conjunto dirigido por Scariolo. De haber rascado algo positivo simplemente ante dos rivales asequibles como el Efes y el Unicaja, los vitorianos conservarían ahora mismo opciones de acceder al cruce previo a la Final Four de Milán.

Sin embargo, ya no tiene excesivo sentido echar la vista atrás ni maldecir nada porque el techo de este limitadísimo Laboral Kutxa no es ni mucho menos un puesto entre los ocho mejores equipos del Viejo Continente. Es cierto que las lesiones han pasado una alta factura, pero la conclusión de lo sucedido durante las últimas semanas es clara. En comparación con otros transatlánticos, el potencial azulgrana resulta escaso en cuanto a talento y físico de sus integrantes. Lo que cuesta entender más es la escasa competitividad acreditada por un grupo y un entrenador cuya falta de ambición y conformismo han sido evidentes tras la consecución del billete entre los dieciséis mejores.

Para tratar de poner un buen broche a la pésima trayectoria como local en esta fase, tocará deshacerse de un hueso como el Fenerbahce que ya agoniza en la competición. El conjunto de Obradovic se ha convertido en una de las grandes decepciones. Solo las matemáticas le mantienen vivo, ya que virtualmente está eliminado tras su derrota de la semana pasada ante el Emporio Armani. Prueba del desquiciamiento turco fue la merecida expulsión del técnico serbio tras sus airadas protestas al árbitro canario Juan Carlos Arteaga.

Otro foco de indudable interés es la vuelta de Nemanja Bjelica al lugar donde desaprovechó tres preciosos años para relanzar su carrera. En Vitoria, nadie echa de menos al gélido cuatro serbio, el mismo jugador que desesperó a la grada del Buesa Arena antes de que el club le abriese definitivamente la puerta de salida. Sin embargo, no está siendo ni de lejos el damnificado por la oscura campaña del Fenerbahce. El lituano Linas Kleiza, que firmó el pasado verano uno de los contratos más altos del baloncesto europeo tras ser amnistiado por los Raptors, le supera con creces en cuanto a desidia y falta de sacrificio sobre la pista.